No te enamores de mí (Cap 10)

Hola!! perdóoooooooooooooooon!!!! por la tardanza de siglos y siglos... pero ya regresé, la verdad es que mi super tardanza ha sido una mezcla de varias cosas, estudios, falta de inspiración, falta de fanservice Minkey... que sé que ha habido pero muy poquito y también falta de lectura de fanfics Minkey... por qué no escriben fics como a mi me gustan??? romaticones y cursis??? XDDD

Bueno, en todo caso, espero que haya por ahí alguien que le interese leer este capi. Dedicado con mucho cariño para: Mari, Yuniel, Verónica, Sofía Kang, Anónimo???, Ale Tucker, Tamaragua, Karol Gamarra, Karol Mérida, Miley4everKey que comentaron mis fics en los capis anteriores. También a Otakudiku(Diana) que me contactó por formulario <3. Pero especialmente quiero dedicárselo a Milagros y Andrea que estuvieron pendientes de la actu y me lo hicieron saber, las quiero chicas y perdón por no cumplir con la actu cuando les dije ;).

Ahora sí, el capi:

CAPÍTULO 10

Los gemidos de placer inundaban la habitación, jadeos incontrolables se escapaban de las bocas de la pareja que yacía en aquella cama matrimonial. Ambos cuerpos se acoplaban a la perfección y a pesar de la prominente barriga de Jinki se las habían arreglado para disfrutar de aquel acto al máximo.

Para Jinki hacer el amor con su novio era lo mejor del mundo, él había sido su primero y sospechaba que también sería el último, porque no creía poder encontrar a alguien que fuera tan especial como Jonghyun. No había palabras para describir cuanto lo amaba, lo angustiado que se había sentido cuando terminó con él y lo feliz que ahora era, con su bebé en su vientre y su novio amándole con tanta devoción.

Jinki atravesaba su quinto mes de embarazo y desde que había cumplido el cuarto mes experimentaba un deseo sexual casi incontrolable, en ocasiones hasta él se sorprendía por la forma en la que casi le rogaba a Jonghyun para que le hiciera el amor.

Aquella noche no había sido la excepción, apenas llegaron a su cama y Jinki había comenzado a desnudar a su novio, se sentía tan caliente, tan excitado que ni siquiera se dio cuenta que él seguía vestido. Pero Jonghyun había solucionado el problema, él no se quejaba de la efusividad de Jinki para hacer el amor, todo lo contrario, le encantaba complacer a su amor.

Su vientre abultado dificultaba un poco los movimientos pero Jinki había tomado la iniciativa de colocarse sobre su novio para tener el completo control y así no aplastar a su bebé. Y no había otra cosa más erótica para Jonghyun que verlo saltar una y otra vez sobre su miembro. La vista que tenía de Jinki era demasiado excitante, con la boca semiabierta, los ojos cerrados y una mano en su vientre.

Jonghyun estaba a punto de llegar por lo que para apresurar los movimientos, tomó a Jinki de la cadera y metió su miembro aún más profundo, si eso era posible. Jinki gritó por la fuerza con la que su novio lo llenó por completo, pero era demasiado bueno sentir el miembro de Jonghyun golpeando una y otra vez su punto dulce por lo que los gemidos de placer pronto reemplazaron cualquier dolor.  Después de varios minutos en los que siguieron entregándose, el placer se hizo abrumador, demasiado insoportable, demasiado asfixiante. Jinki no lo soportó más y llegó a su orgasmo, gimiendo como loco y tratando de llevar aire a sus pulmones.

Jonghyun penetró a Jinki un poco más, aún no obtenía su liberación y al ver como su amor derramaba su semen encima de su pecho, deliró de placer y derramó su semilla dentro de él, sintiendo que era la mejor experiencia de su vida. Eso es lo que siempre venía a su mente después de hacer el amor con Jinki.

Una vez que el estupor del orgasmo los abandonó, Jonghyun se incorporó lo suficiente para abrazar a Jinki y colocarlo debajo de él, siempre cuidando de no aplastar a su hijo, comenzó a besar a su novio, era algo que le encantaba hacer luego del sexo.

Jinki acarició sus cabellos, sonriendo dentro del beso. Se sentía tan bien, tan completo que en ocasiones creía estar soñando, pero ciertamente era real, Jinki a sus diecisiete años podía presumir de ser feliz.

Hacía una semana se habían mudado al departamento ofrecido por los padres de Jinki y aunque todavía tenían muchas cosas que ordenar; ya sentían al lugar como su hogar, sobre todo porque ahora vivían como una pareja que compartía días y noches.

Pero, a decir verdad, no podía evitar sentirse triste por la situación de Kibum y Minho, a Jinki le había parecido tan absurdo que el rubio terminara su relación tan solo por miedo al rechazo, porque él sabía que eso es lo que más temía Kibum; el que Minho lo rechazara y lo dejara debido a su enfermedad. Al parecer, Kibum no entendía el hecho de que Minho lo amaba y que no sería capaz de abandonarlo por estar enfermo, pero era tan terco que no había poder humano que lo hiciera entender… o tal vez, si el mismo Minho le dijera que no lo abandonaría…

— Bebé, estás pensando mucho — se quejó Jonghyun, dejando de besarlo.

—Lo siento, es que; no puedo dejar de pensar en Minho y Kibum. Kibum… está muy decaído y todos sabemos a que en parte se debe a que extraña a Minho. —Jinki suspiró —. ¿Viste como se puso luego de que nos contó que se había encontrado con él y su ex novia en el cine? — inquirió, refiriéndose a la amargura con la que se había expresado el rubio cuando les contó de aquel encuentro y las lágrimas que se le habían escapado después.

—Si, Jinki. Pero es su culpa, él mismo ocasionó todo eso; si no hubiera terminado con él no se sentiría triste, pero es tan terco…

—Tenemos que hacer algo, porque a este paso va a morir de tristeza y no por su enfermedad — replicó preocupado Jinki.

—¿Y qué podemos hacer? Minho ni siquiera nos dirige una mirada y sabemos que Kibum tampoco hará nada.

— No sé, pero ya se me ocurrirá algo. — Jinki quería ayudarle a Kibum, pero no se imaginó que la oportunidad se le presentaría tan rápido.

— ^^—

Al día siguiente; después de clases y a la salida del colegio, Jinki y Jonghyun miraban algo recelosos a Nam Woohyun quien permanecía sonriente esperando por el rubio. Kibum también parecía sorprendido y hasta nervioso. Nam saludó a los amigos del rubio y enseguida quiso llevárselo para el hospital, ya que según él, su turno comenzaba a la misma hora en que el rubio iniciaba su tratamiento en el lugar. Pero lo cierto es que a Kibum le parecía muy extraño que su amigo fuera a recogerlo sin siquiera avisarle; además, la presencia de su primo y amigo le hacía sentir incómodo porque ellos no sabían que Woohyun se había hecho pasar por su novio y que además se lo había restregado a Minho.

Pero ni Jinki ni Jonghyun eran tontos y se dieron perfecta cuenta que algo pasaba ahí, además de la obvia atracción de Woohyun por Kibum. Ellos querían que Kibum fuera feliz pero sospechaban que nada bueno ocurriría si aquel par comenzaba una relación. No mientras el rubio siguiera amando a Minho.

El ánimo decaído del rubio había sido evidente para todos; incluso para su padre, quien preocupado por su hijo le había pedido a Jonghyun que le acompañara a los tratamientos siempre que pudiera. Había estado haciéndolo desde la semana pasada y había sido tiempo suficiente para darse cuenta de que el enfermero tenía un interés más allá de la amistad con su primo. Y no era que él y Jinki pensaran que Woohyun fuera malo o inadecuado para el rubio, pero sabían que Kibum no era capaz de ofrecerle más que amistad; aquello se evidenciaba en la forma en que lo miraba o en la que reía. Tal vez para quien no lo conociera pasara desapercibido, pero para su primo y amigo, las sonrisas poco entusiastas y las miradas sin brillo eran muestra clara de que algo o mejor dicho alguien hacía falta en la vida de Kibum.

— ^^—

Al final, Jinki, Jonghyun y Kibum habían subido al auto de Woohyun en dirección al hospital para que el rubio recibiera su tratamiento. El viaje de media hora había sido agradable ya que Jonghyun con su humor único se había encargado de hacer sonreír al resto pero una vez que llegaron al hospital, todo se había vuelto sepulcral. El humor de Kibum cambiaba drásticamente una vez que ingresaba al hospital, odiaba con el alma tener que acostarse en una camilla y esperar a que le suministraran el tratamiento por medio de su catéter.

Esperaron alrededor de tres horas hasta que Kibum salió del área de diálisis, pensaban invitarlo a cenar para que se le subiera el ánimo pero no contaron con que Woohyun quisiera acompañarlos con el pretexto de que tenía unas horas libres.  Era obvio que el enfermero hacía todo lo posible para pasar tiempo con Kibum y era cierto que eso no le molestaba a Jonghyun ni a Jinki, pero sabían que el chico se estaba haciendo ilusiones, ilusiones que sabían el rubio no podría corresponder.

Por eso, Jinki decidió que era hora de que Woohyun supiera la realidad que tenía que enfrentar, si después de que le dijera toda la historia, el chico quería seguir intentando conquistar a Kibum, él no interferiría más.

Mientras Kibum iba al baño, Jinki alejó a Woohyun para poder hablar con él:

—Mira, sé que te gusta Kibum y esperas que te corresponda pero no creo que eso sea posible —comenzó a hablar Jinki, —sé que te parecerá chocante lo que te voy a decir, pero… aléjate de él, por favor.

Woohyun lo miró atónito, sin creer que uno de los amigos de Kibum estuviera diciéndole aquello: — ¿Quieres que me aleje de él? ¿Explícame por qué? — le pidió el enfermero.

—Él ha estado algo deprimido los últimos meses, en realidad… desde que terminó con su novio. — Jinki suspiró, tomando valor para decir lo siguiente: —Kibum aún lo ama, nosotros lo notamos día a día, esa forma en que sigue mirándolo y anhelándolo cada vez que lo ve en el colegio, la forma en la que su ánimo cambia tan solo con observarlo jugar fútbol — porque Kibum no se perdía un solo partido de fútbol, a lo lejos y algo escondido, seguía animándolo y gritando por él. Era en esos momentos, en los que más se notaba cuánto seguía amando el rubio a Minho.

—Lo entiendo, créeme que entiendo que aún lo extrañe pero… me parece que es mejor para Kibum que empiece a olvidarlo y yo estoy dispuesto a ayudar con eso. — alegó Woohyun.

—No creo que sea así de fácil, en primer lugar porque Kibum no lo dejó porque ya no lo quisiera sino porque cree que él no va a aceptar su enfermedad, cree que él se merece algo mejor y no a un chico enfermo; en segundo lugar… — vaciló un poco, antes de continuar : —Kibum ha estado enamorado de él desde que iniciamos el primer año de colegio, al principio creíamos que era algo platónico… pero no, Kibum lo ama y ya no queremos verlo triste, por eso, haremos todo lo posible para que regresen.

— Y yo estorbo ¿cierto? Eso es lo que quieres decir — respondió el enfermero algo dolido.

— Minho, su ex novio, cree que Kibum lo engañó, que su relación fue fruto de una venganza por parte de Kibum, le dijo que tenía un novio al que amaba, y que solo había estado con él para jugar y demostrarle que sí podía enamorarlo…

—Por eso me pidió que diga que era su novio, ahora entiendo su actitud cuando nos encontramos con él la primera vez que fuimos al cine — razonó Woohyun.

—Sí, nos contó de ese encuentro, ¡Pero no sabía que te había pedido que fingieras ser su novio! — alegó Jinki sorprendido. — En todo caso, seguro que eso empeoró las cosas, ahora será más difícil convencerlo de que Kibum aún lo ama.

—Y él… ¿Crees que aún le interese volver con Kibum?

— Estoy seguro que sí, no puede haber dejado de amarlo tan solo en unos meses. Si hubieras visto lo felices que eran juntos… lo entenderías.

Woohyun guardó silencio un momento, pensando que si podía ver a Kibum feliz y no con eso melancolía y tristeza que siempre le acompañaba, bien valía la pena ayudarlo un poco.

—Voy a hablar con su ex novio, voy a decirle que no somos más que amigos — decidió Woohyun, si el tal Minho era la felicidad de Kibum, estaba dispuesto a eso y mucho más.

—Gracias, de verdad te lo agradecería. —exclamó Jinki, sonriente y aliviado porque el enfermero entendiera la situación.

Esa noche, Woohyun ya no trató de acercarse a Kibum, de hecho ni siquiera los acompañó a cenar, alegando que se le había presentado una emergencia.

—.—

Para Minho, se había vuelto una costumbre pasar los fines de semana en la casa de su padre en Daejeon. El permanecer en aquella casa, compartiendo vivencias con su padre, su padrastro e incluso con su pequeño hermano, le daba una sensación de paz que no sentía cuando estaba en su casa. Disfrutaba mucho jugando con su hermanito, aquel niño era un ser muy especial y Minho había aprendido a quererlo más de lo que nunca se imaginó. Incluso convivir con su padrastro le resultaba agradable, el hombre era muy hogareño y cariñoso, no es que ahora quisiera menos a su madre; pero el cariño que le había brindado su padrastro significaba mucho para Minho.

Tal confianza había forjado con él, que hasta se había atrevido a confesarle lo ocurrido con Kibum y cuánto le dolía lo que le había hecho. Su padrastro, le había dado consejos y también le había dicho que; aunque ahora se sintiera mal con el tiempo todo pasaba y que antes de lo esperado, ya se habría olvidado de aquella mala experiencia.

Minho esperaba que tuviera razón, y que ese dolor en el pecho que insistía en atormentarlo, desapareciera pronto.

Su ex novia había sido un gran apoyo en aquellos meses. Empezando porque ella se había convertido en su tutora, y gracias a su ayuda entendía todo lo que le enseñaban en aquel par de materias que eran su dolor de cabeza. Habían tenido sexo un par de veces, pero lo cierto era que ninguno sentía amor por el otro; se dieron cuenta que sus sentimientos eran fraternales y que ellos funcionaban mejor como amigos que como novios o amantes.  Debido a la cercanía que mantenían, los amigos que tenían en común creían que ellos habían regresado y hasta los dejaban a solas para que hicieran cosas, juntos. A ninguno le molestaba, más bien, les divertía mucho aquellas actitudes de sus amigos.

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Kibum había iniciado la semana con una fuerte infección en el área peritoneal, justo en el lugar donde le habían implantado el catéter para sus tratamientos. Era lunes por la noche, y aún permanecía en el hospital. En ese momento, Woohyun le curaba el área abdominal afectada y trataba de conversar con el rubio, pero él no respondía a sus preguntas; simplemente yacía acostado en la camilla, con la mirada perdida en cualquier lugar de aquella habitación de hospital.

En realidad, no le interesaba entablar conversación alguna con Woohyun, se sentía cansado por la sesión de diálisis de ese día, pero además; sus pensamientos en ese momento, estaban fijos en Minho y el partido de la final del Intercolegial que jugaría la tarde del día siguiente.

Aún cuando ya no eran novios, Kibum se sentía muy orgulloso de Minho y su gran talento para el fútbol. Aunque estaba seguro de que el alto no lo había visto en ningún partido, él no había faltado a uno solo. No había nada que lo animara más que ver al chico que amaba jugar y dejarlo todo en la cancha y además, era en el único lugar que Kibum lo podía ver sin ninguna reserva, sintiendo que no había dejado de amarlo ni un poquito.

—Me gustaría saber en qué o…en quién piensas tanto, Kibum — habló Woohyun, haciendo una vez más, el intento de hablar con el rubio.

—No tiene importancia, es solo que, mañana en la tarde es la final del Intercolegial de fútbol y estaba pensando en que no quiero perdérmela por nada — le contestó, aún sin mirarlo.

— ¿Jugará tu ex?

— ¿Cómo sabes, que el….? — inquirió nervioso, Kibum. Él nunca le había dicho que Minho jugaba fútbol.

—Solo lo sé, Kibum. —le contestó Woohyun, antes de animarse a preguntar algo más: — Yo… hace tiempo que no voy a uno de esos partidos colegiales… ¿Puedo acompañarte?

Kibum no le vio nada de malo a aquella petición, así que aceptó. Ni siquiera se imaginaba que las intenciones de Woohyun iban más allá de solo ver el partido.

—.—

—No necesito que me dediques goles, Minho. Solo me basta con que ganes y alces la copa del torneo — decía Krystal, mientras caminaban rumbo a la cancha donde se efectuaría la final del Intercolegial. Después de clases, la chica había corrido al encuentro de Minho. Desde inicios de aquel semestre, ya no asistía al internado, afortunadamente había convencido a sus padres de que la sacaran de ese lugar, porque sentía que ahí se sofocaba, eran demasiado estrictos.

—Lo sé, pero es lo mínimo que puedo hacer para retribuirte tu apoyo y ayuda con el colegio. — aducía Minho, mientras la abrazaba por los hombros.

—No es nada. Además, que más haríamos todas las noches ¿eh? — le respondió Krystal, insinuando algo más.

—Tal vez… ¿Hacer pijamadas o jugar ajedrez? — bromeó el alto.

—Tonto — sonrió Krystal, pegándole a Minho en el hombro. —El que viene es el último semestre, ¿Ya has decidido que opción elegirás cuando te gradúes? — le preguntó la chica, cambiando de tema. Refiriéndose a las varias alternativas que en algún momento el alto le mencionó.

—La verdad es que sí, hace unas semanas recibí la propuesta de la Universidad de Daejeon, quieren que juegue en su equipo universitario de fútbol, a cambio me darán una beca. Y pienso aceptar; una vez que se termine el colegio, iré para allá —reveló Minho. — Además, ayuda que mi padre viva allí y esté dispuesto a darme hospedaje.

— ¡Me alegro que puedas ir a la universidad sin dejar tu pasión por el fútbol a un lado! — Se emocionó la chica, mientras daba pequeños saltitos. — Pero dime, ¿Ya sabes que vas a estudiar?

—Al principio quería estudiar fotografía, pero mi madre insistió en que considerara otras opciones y, la arquitectura me llama mucho la atención. Así que, será arquitectura. —aseguró Minho, algo emocionado por su futuro.

—Bien por ti, yo sigo sin saber que quiero hacer, tal vez me vaya de viaje por todo el mundo y después ya veré.

—Sí, porque papi financia todo ¿Cierto?

— ¡Pues, sí! Pero no te burles de mí. Agradezco mucho que mis padres sean tan comprensivos y yo…— dejó de hablar Krystal, cuando se dio cuenta de que Minho no le ponía atención.

Minho creía que ese sería un día perfecto, pero he ahí, enfrente de él, la prueba de que nada podía serlo. Él y Krystal habían llegado a la cancha pero también lo habían hecho Kibum, Jonghyun y Jinki. Pero no era verles a ellos lo que había arruinado su día, sino la presencia del noviecito del rubio. No podía evitar sentir rabia al verlos juntos y tampoco entendía que hacían ahí, en la cancha en la que jugaría la final del Intercolegial.

—Krystal…ve a buscar un lugar en los graderíos, recuerda ubicarte en un lugar en el que pueda verte ¿sí? — le pidió a la chica, hablándole al oído. Se despidió dándole un beso en la mejilla antes de ir rumbo a los camerinos.

Ella sabía a breves rasgos lo que había ocurrido con el rubio, Minho le había contado de su relación con él. Relación que no entendía por qué se había dado, si el chico llevaba dos años de novio con el enfermero. De todas formas, lo que sea que hayan tenido había sido importante para el rubio ya que la forma hostil en que la miraba, decía mucho acerca de sus sentimientos hacia su amigo. Seguramente el chico pensaba que ella había vuelto con Minho y por eso su mirada reflejaba tanta agresividad.

Pero aquel no era un día para pelear, al contrario, ese día tenía que ser de pura felicidad y triunfos. Así que prefirió evitar problemas y dirigirse al interior del lugar ignorando los orbes felinos llenos de furia.

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— ¿Te sientes bien, Kibum? — le preguntaron a coro su primo y Woohyun.

—Por supuesto. Vine a ver la final del Intercolegial y eso es lo que voy a hacer. — dijo determinado el rubio, sin perder de vista a Krystal. Enseguida y sin importarle si sus amigos le seguían, fue tras la chica.

Kibum se sentó en la misma fila que Krystal, a tan solo un par de lugares a la izquierda de donde la chica se había ubicado. Sus amigos le miraron esperando alguna reacción de su parte. Era como si creyeran que la atacaría en algún momento, pero esa no era la intención de Kibum; solo quería permanecer alerta ante los movimientos de la chica y por supuesto, torturar a su corazón cuando Minho se acercara a ella y le hiciera algún cariño. Porque estaba seguro de que ese par habían vuelto y quería comprobarlo con sus propios ojos.

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El partido estaba resultando totalmente a favor del equipo de Minho, el marcador señalaba 2 a 0, gracias a las anotaciones de Joon y Nichkhun. Los espectadores gritaban animando a sus respectivos equipos, Kibum no era la excepción. No importaba si se quedaba afónico después del partido, no había algo más gratificante para él, que animar a Minho; aún cuando sabía que estaba poniendo en evidencia sus sentimientos.

Sus amigos a pesar de las circunstancias, estaban contentos por verlo tan emocionado y feliz, gritando y saltando como si aquel partido fuera lo más importante en su vida. Ahora Woohyun estaba convencido de que debía hacer lo que tenía pensado. Minho alegraba la vida de Kibum, en esos momentos lo estaba comprobando, y si de él dependía; el rubio mantendría esa felicidad en su rostro, aunque le doliera que él no fuera el causante de ello.

El tercer gol había acabado de anotarse, su ejecutor no era otro que Minho, quien contento por su logro en los últimos segundos del partido corría por toda la cancha con el brazo derecho en alto, buscando a Krystal para dedicarle aquel gol. La divisó en la décima fila, eufórica aún por el gol; enseguida, casi junto a su amiga, vio a Kibum quien lo miraba feliz y con los ojitos brillosos. Pero también vio al que él creía, era el novio del rubio y toda racionalidad se escapó de su mente.

El árbitro pitó el final del encuentro, se suponía que los jugadores debían entrar a los camerinos, pero Minho se dirigió a los graderíos, esquivando a sus compañeros de equipo y a algunos de sus fanáticos, llegó hasta Krystal y sin pensar en nada más que demostrarle a Kibum que ya había superado lo que le había hecho; tomó a la chica en sus brazos y la besó.

Kibum, al observar la escena, se tocó el pecho, sentía como si le hubieran golpeado en el lugar donde estaba su corazón, no podía quedarse mirando como un tonto, así que pasando al lado de la pareja que  aún se besaba, se dirigió a la salida de la cancha. Su primo y amigos le siguieron, sin darse cuenta de que Woohyun se había quedado en su lugar.

Minho terminó el beso cuando sintió que Kibum ya no lo miraba. Observó a su alrededor y efectivamente, el rubio ya se había ido. Su amiga lo veía con una sonrisa pícara en el rostro, seguramente porque se había dado cuenta de la razón de su arrebato. Sabía que ella no confundiría aquel beso como algo más, así que no dijo nada al respecto. Iba a pedirle que le esperara para marchar a su casa juntos, cuando sintió que alguien lo tomaba del brazo, volteó a ver de quien se trataba; y  no pudo reprimir una mueca de disgusto cuando se dio cuenta que quien había llamado su atención era el novio de Kibum.

—Tenemos que hablar. Te espero en la salida principal de la cancha — prácticamente espetó el enfermero, mirando fijamente y con algo de resentimiento al alto.

PSD: No sé si juegan ligas de fútbol a nivel universitario en Corea y además no creo que exista la Universidad de Daejeon, lo he inventado y utilizado para el fic.