RESUMEN:
En ocasiones lo que creemos inalcanzable, está más cerca de lo que parece. Kibum, debido a su enfermedad cree
que el chico al que ama nunca se fijará en él.
Minho,
a quien todos consideran perfecto, debe lidiar con resentimientos y prejuicios
creados desde que su padre los dejó a él y su madre, por otro hombre.
Cuando
Kibum se convierte en tutor de Minho, muchos sentimientos surgen. ¿Será que el
amor prevalece sobre todo?
PAREJAS:
MinKey, Jongyu, Taezy – Minstal
GÉNERO: AU, Romántico, Drama
CLASIFICACIÓN: +16
ADVERTENCIAS: lemon, mpreg, muerte de un personaje (?)(Alternativo)
CAPÍTULO
I
Era
lunes por la tarde. El sol brillaba alto y orgulloso, el viento soplaba
levemente proveyendo calidez a quienes eufóricos observaban la final del
Campeonato de Fútbol Intercolegial de Seúl.
Choi
Minho, capitán de uno de los equipos finalistas, corría por todo el campo con
la pelota. Acercándose cada vez más al arco contrario, driblaba esquivando a
sus adversarios. Cada vez más y más cerca de la meta y…
―
¡¡Goooool!!
Todos los presentes gritaron eufóricos cuando
Choi anotó su segundo tanto en el partido.
Pasaron
un par de minutos más entre pase y pase hasta que el juego se acabó. El
marcador indicaba un 3- 1 a favor del equipo de Minho. Sus compañeros de
equipo, se volcaron hacia él, a abrazarlo y felicitarlo por haberles regalado
el Campeonato.
Choi
Minho era querido por muchos y odiado por otros. Porque aparte de ser un chico
alto, con unos preciosos ojos grandes y una sonrisa de comercial de televisión,
era una buena persona. A los demás chicos les molestaba el dechado de virtudes
que parecía ser el chico alto, les quitaba la posibilidad de conquistar a la
chica o chico que les gustaba ya que ellas y ellos morían porque el alto
correspondiera sus sentimientos.
Sí,
Choi Minho era muy codiciado. Muchos lo consideraban un ser perfecto. Pero a
decir verdad, le faltaba muchas cosas para serlo, una de ellas era conseguir
buenas calificaciones en Inglés y Química.
Y
quien diría que aquel hecho propiciaría el inicio de esta historia.
Kim
Kibum caminaba junto a su primo Kim Jonghyun rumbo a su casa, después de haber
presenciado la final del Campeonato de futbol. Kibum parecía perdido en sus
propios pensamientos mientras Jonghyun hablaba y hablaba de ningún tema en
particular.
―
Hey, ¿me estás escuchando? ―preguntó Jonghyun, quien era más bajo de estatura
que Kibum, por lo que tenía que alzar su cabeza para mirar a su primo,
provocando que su cabello castaño peinado hacia adelante cubriera ligeramente
sus ojos marrones.
―
¿Eh? ¿Decías algo, Jong? ―preguntó Kibum, saliendo de su ensoñación.
―
Decía muchas cosas, pero tú no escuchaste nada. Seguramente por estar pensando
en tu amado Minho ―dijo en tono burlón el castaño.
―
Claro que no ―adujo con las mejillas sonrosadas Kibum, al ser descubierto.
―
No hace falta que lo niegues, Kibum. Te conozco bien, y sé que esa carita de
borrego degollado la pones cuando, o lo estás mirando o pensando en él.
―
Sí, sé que soy muy transparente ―acotó lacónico Kibum
―
No entiendo, Kibum. Si tanto te gusta, ¿Por qué no te acercas a él?
―
¿Eres ciego o qué? ¿Cómo se fijaría en mí, cuando tiene a decenas de chicos y
chicas hermosas babeando por él? ―inquiría un tanto enojado Kibum. Y es que
para nada consideraba poder tener una oportunidad con el alto, porque primero: creía ser poco atractivo, su cabello era un
desastre, lo llevaba abierto en la mitad y el color negro no le favorecía del
todo, mucho menos lo hacían las gafas de grueso armazón que llevaba. Segundo:
era uno de los pocos chicos en el mundo que podía tener bebés. Sí, Kibum podía
concebir vida en su vientre. A muchos les encantaba tener relaciones con chicos
como él, pero nunca había visto a Minho interesado en un chico, lo que
disminuía sus posibilidades. Y tercero, estaba su enfermedad renal crónica, la
cual padecía desde los once años, y creía que nadie aceptaría a un chico que
posiblemente moriría pronto.
―
¡Pero si tú eres hermoso, Kibum! ― gritó
Jonghyun ―Por dentro y por fuera. Yo te he visto sin esas horribles gafas, y
tus ojos son muy bonitos. Y si te
hicieras un corte de cabello más moderno, te aseguro que Choi babearía por ti.
―
¿Y crees que me aceptaría, sabiendo que estoy enfermo? ―preguntó Kibum amargamente.
―
Sé que tu enfermedad es muy complicada, pero si sigues tu tratamiento al pie de
la letra vas a estar bien y en el peor de los casos si necesitaras un
trasplante confía en que aparecerá el donante perfecto para ti. Después de eso,
vivirás muchos años, Kibum. ―después de unos minutos en que Kibum nada dijo,
Jonghyun continuó hablando ―Pero bueno, es una lástima que no quieras acercarte
a él, yo que te iba decir cómo hacerlo…
―
¿De qué estás hablando? ―quiso saber Kibum
―
Pues, que hay dos formas de que te acerques a él. Vístete de mujer o…
conviértete en su tutor.
―
Qué idiota eres Jjong, pero… qué quieres decir con… convertirme en su tutor…
―
Eso. Verás… mi dubu es amigo de ese imbécil de Joon. ¿Sabes quién es? ―cuando
Kibum asintió, continuó ―sí, juega también en el equipo de fútbol, por lo tanto es amigo de tu adorada jirafa ojona.
―
¡Oye, no le digas así!― le interrumpió Kibum, ante el apodo usado hacia Minho.
―
Como sea. Joon le contó que Minho tiene malas calificaciones en un par de materias
y eso le podría costar su permanencia en el equipo. Por eso, está buscando
desesperadamente alguien que le ayude a obtener buenas calificaciones. Y, quien
mejor que tú, el chico más inteligente de su clase.
―
No, no lo voy a hacer, Jjong. No quiero.
―
¿Por qué, Kibum? De esa manera podrías estar cerca de él, porque no vas a negar
que te mueres porque al menos te dedique una mirada ―Kibum miraba hacia el
suelo, con un tono carmesí muy fuerte en sus mejillas. ―Además, tienes que
hacerlo sí o sí. Mi dubu ya le dijo a Joon que le dijera a Minho que tenía el
tutor perfecto para ayudarle.
―¿Qué?
¿Por qué hizo eso? ―para ese momento Kibum, ya estaba muy nervioso de sólo
pensar que estaría cerca de Minho.
―
Porque Jinki al igual que yo, queremos que seas feliz. Así que mañana le darás
su primera clase.― y sacando un papelito del bolsillo trasero de su pantalón,
le dijo ―Toma, esta es la dirección de su casa, te estará esperando a las cinco
de la tarde. ―Kibum tomó el papelito, como si al hacerlo le fuera a morder.
―
Mira, ahí están Taem y Jinki― dijo el chico bajito señalando hacia los
susodichos.
Kibum
no sabía que hacían sus amigos esperándolo en aquella esquina por la que
pasaban. Pero cuando cada uno lo tomo de un brazo y fueron en dirección a un
salón de belleza cercano, supo lo que tramaban sus amigos.
―
¡No, no y no! No voy a cambiar mi apariencia tan solo para complacerlos. Yo me
siento bien así ―alegó Kibum, cruzando los brazos en su pecho.
―
¡Mentira! Tú no te sientes bien así, lo único que haces con esa apariencia es
tratar de pasar desapercibido, porque crees no merecer que nadie se fije en ti.
Pero ¿Sabes qué, Kibum? Eso no es cierto. Tú más que nadie merece ser amado,
porque eres hermoso, tanto en el interior como en el exterior. Así que,
siéntate, que la estilista ya está impaciente ―decretó Taemin, ante la mirada
atónita de sus amigos y de quienes se encontraban en aquel salón.
Ninguno
de sus amigos esperaba que su pequeño Taemin, al ser el menor de todos, tomara
la iniciativa para hacerle ver a Kibum que estaba equivocado. Y es que Taemin,
no solía ser tan apasionado cuando hablaba, más bien era muy tierno y
tranquilo. Pero si se trataba de defender a alguno de sus amigos, su
personalidad podía ser más bien, agresiva.
Pasaron
varias horas, hasta que terminó la transformación de Kibum. Y cuando sus amigos
le vieron, decir que quedaron sorprendidos, era poco.
Y
es que Kibum, ahora era una persona diferente, al menos en apariencia.
Comenzando por su corte y tono de cabello, el cual lo habían pintado rubio con
un tono frío que quedaba a la perfección en aquel corte de cabello, muy corto y
oscuro a los lados, con un flequillo largo y asimétrico. Luego estaban sus
ojos, sus hermosos ojos marrones, que delineados, simplemente se veían
deslumbrantes. Kibum tenía una mirada muy especial, muy parecida a la de un
felino.
―
wow, Kibum. Te ves guapísimo ―dijo Jinki mirándolo fascinado. Taemin y Jonghyun
asintieron de acuerdo.
―
Pero todavía te falta cambiar de vestuario. Todo lo que te pones es demasiado
holgado, Kibum. Nosotros, que te conocemos desde siempre, sabemos que tras esos
harapos que te gusta llevar, escondes un cuerpo muy bonito. ―aludió Taemin
sonriente
―Síp,
además al ser uno de esos chicos que pueden tener bebés, tus curvas están más
voluminosas. Tienes que aprovechar esos atributos, Kibum. Seguro que si te
pones ropa que resalte tus caderas y piernas, Minho babeará por ti. ―intervino
Jinki.
―
No quiero que se fije sólo en cómo me veo ―indicó Kibum, algo triste.
―
Yo sé que eso es algo muy superficial. Pero es lo primero en lo que nos fijamos
los chicos. Además Kibum, sabes perfectamente que tú eres un paquete completo.
Además de ser inteligente y tener buenos
sentimientos, eres hermoso. ―trató de convencer Jonghyun a un cabizbajo Kibum.
Después
de que la conversación terminara, fueron a un centro comercial. Donde Jinki y Taemin
fueron los encargados de escoger a Kibum, un nuevo guardarropa. La verdad es
que Kibum estaba emocionado. Porque a pesar de que nunca se había atrevido a
usar el tipo de ropa que le habían escogido sus amigos, ahora que se la
probaba, se daba cuenta que le quedaba muy bien aquel estilo. Pantalones y
jeans ajustados, entubados, descaderados. Camisetas holgadas en la cintura y
ceñidas en las caderas. Chaquetas de
todo tipo de materiales. Botas, zapatos y tenis a la moda… Eso sí, la mayoría
de las prendas eran rosas, su color favorito.
Toda
la ropa era muy bonita pero igual de costosa y Kibum sabía que no podía darse
el lujo de comprar todo aquello. Pero él no pagaría nada, porque de eso se
encargaron sus amigos. En realidad, lo pagaría su primo Jjong, que tenía una
cantidad considerable de dinero ahorrada, fruto de su trabajo como cantante en
un importante club de entretenimiento de la ciudad.
―
No Jjong, no puedo permitir que gastes tu dinero en cosas como estas ―alegaba
el ahora rubio.
―
Tú lo has dicho Kibum, es mí dinero, puedo hacer con él lo que quiera. Y lo que
quiero es comprar toda esa ropa. Así que no se diga más, nos llevamos toda esa
ropa― aseveró Jonghyun señalándole al vendedor las prendas elegidas.
―
Gracias Jjong ―dijo el rubio conmovido. ―Eres el mejor primo, te quiero― agregó, abrazando y dándole un beso en la
mejilla a su primo.
―
Hey, no seas tan cariñoso. Me voy a poner celoso ―aseguró Jinki, quien mantenía
una relación con Jonghyun.
―
Pues me alegro, eso es para que sientas lo que yo cuando te veo con tu amiguito
Joon ― reclamó el chico bajito.
―
Pero si es sólo mi amigo, Jongie. Y nunca he coqueteado con él
―se defendió
Jinki, acercándose a su novio con la intención de abrazarlo.
―
Sí, pero bien que ese tipejo sí quiere contigo. Pero tú ya tienes dueño
¿cierto? ―preguntó Jonghyun recibiendo en sus brazos a su dubu.
―
No soy un objeto para tener dueño, Jjong. ―se quejó Jinki rodando los ojos,
pero muy feliz de estar en los brazos de su amor.
―Sí,
sí como tú digas ―terminó la charla el castaño, besando a su novio.
Taemin
y Kibum sonrieron al ver lo melosos que eran sus amigos. ¡Ah! El amor, el amor…
Ya
había anochecido cuando Kibum llegó a su casa. Trató de entrar lo más
sigilosamente posible para que su padre no se diera cuenta de su llegada. Pero
él lo esperaba sentado en un sofá de la sala.
―
Se puede saber ¿Por qué entras a la casa como si fueras un ladrón, Kim Kibum? ―quiso
saber su padre mirándolo seriamente.
―
Hola papá, es que pensé que estarías descansando― le contestó, tratando de
sostener con sus manos las muchas bolsas y cajas que contenían su nuevo
guardarropa.
―
¿Dónde está mi hijo? Porque wow en la mañana, mi hijo era otro… ― el papá de
Kibum miraba de pies a cabeza a su hijo, impresionado del inmenso cambio en su
apariencia.
―
Es que… Jjong, Taem y Jinki pensaron que necesitaba un cambio y… me llevaron a
una estética y luego a comprar ropa… ― dijo un poco temeroso de que su padre
reaccionara mal.
―
Mira hijo, te ves muy bien. No creas que estoy enojado. Es sólo que me
sorprendió tu apariencia. Pero ¿No me digas que Jjong pagó todo eso que cargas?
―
¿Cómo lo supiste? Yo le insistí para que no lo hiciera pero ya ves.
―
Es de esperarse de tu primo, el te quiere mucho. Además la semana pasada me
comentó algo, creo que me estaba preparando para tu cambio –el padre de Kibum
más que enojado estaba muy divertido y contento. Sabía que su hijo era guapo,
pero no tanto como ahora lo veía.
―
Bueno, voy a tomar mis medicamentos y luego a quitarme el maquillaje. ¿Quieres
que te prepare algo de comer?
―
No hijo, ya lo preparé yo. En la estufa está tu comida.
Agradeciendo,
Kibum se dirigió a su cuarto y lo primero que hizo fue mirarse en el espejo. La
persona que reflejaba el espejo, era diferente a la que siempre había sido.
Kibum se veía muy bonito con su piel pálida iluminada tersamente por la luz y
su cabello rubio, sus ojos felinos muy brillantes, expectantes por el futuro, sus
pómulos altos que le daban elegancia a su rostro y sus labios, rosas y
acorazonados. Y el primer pensamiento que tuvo después de mirarse detenidamente
fue que quería gustarle a Minho.
Recordaba
perfectamente el primer día que lo vio. Era el primer día de clases en la
secundaria y aún en ese tiempo Minho era para Kibum, el más guapo de todos, con
esos ojos grandes y esa sonrisa hermosa. Pero nunca se atrevió a acercársele.
Porque en ese tiempo ya estaba enfermo, y se había encerrado en su capullo, ese
capullo que lo protegía de todo, de los insultos, de las miradas de desprecio,
pero sobre todo del rechazo que creía que le profesarían cuando supieran que
estaba enfermo, y que día a día debía cuidarse y tomar muchos medicamentos para
que la enfermedad no progresara abruptamente, pero sabía que tarde o temprano
tendría que someterse a un tratamiento más agresivo y le daba terror pensar en
eso.
Para
Kibum, Minho era un sueño inalcanzable. Porque, cómo alguien como Choi Minho se
fijaría y sentiría algo por alguien como él. Con tan baja autoestima y enfermo.
Sus amigos le decían que era una persona muy pesimista, que siempre estaba
pensando en que pasaría por lo peor de la enfermedad, cuando era muy probable
que faltaran muchos años para pasar a la siguiente fase de la misma.
Por
eso sólo en sus sueños se permitía besar a Minho. Sí, cuántas veces había
suspirado al recordar el sabor que tenían los labios del alto en sus sueños.
Cómo se sentiría estar en sus brazos fuertes y recibir miradas de esos ojos
grandes que le fascinaban. Pero sus ilusiones eran espejismos, sueños que se
iban cuando despertaba al día siguiente. Y que anhelaba cuando iba a la escuela
y veía desde lejos al alto. Sonriendo si él lo hacía, suspirando cuando
escuchaba su voz. Pero nunca esas palabras o sonrisas eran para él y entonces
volvía a la realidad. Esa en la que pensaba que Minho nunca se fijaría en él.
NOTA: así es como quedó Kibum luego del cambio de look:
4 comentarios:
Me encanto el fic , esta muy interesante espero que actualices el proximo cap muy pronto porque me has dejado con las ganas de leer mas y mas si se trata de un fic minkey *3* esa pareja me encanta ..
PD: el otro fic minkey tambien lo lei y he de decir que me encanto :3
Mi vida esta hermoso y me gusto cuando actualizas espero y proto en serio espero y no tardes mucho aun que sabes hubiera preferidoque pusieras una foto del antes y despues de kibum pero me lo imagine con el look de play etude pero con el peinado de taemi xDD
Muchas Gracias!!! Qué bueno que te encante el Minkey.. el próximo ya está :)
Gracias por leer!! Pues sí, hubiera sido mejor poner una foto del antes de Kibum, pero es que se me perdio!! XDD en serio, no sé donde la guardé y al buscarla de nuevo no la encontre. No me acuerdo, pero creo que era una foto de Instagram, en la que Kibum estaba todo despatarrado, con unas gafas y con el cabello rubio abierto en la mitad, solo que en mi imaginación su cabello era negro XD.
Saludos!!
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