Mi razón de ser (Cap 8)

Hola~ pues de este fic también voy a tratar de actualizar semanalmente o por lo menos cada diez días... Quisiera agradecerles mucho a las personas que comentaron el capi anterior, me alegra que aun lean mis desvaríos.
Tambien quería dar un agradecimiento especial a Mari, que se ha tomado la molestia de seguirme en mis cuentas de Tumblr y G+. Un abrazo mental para ti XDD.
Les dejo este capi que me ha hecho llorar ;_;


CAPÍTULO 8


La vida en ocasiones es extraña e impredecible. 


Kibum más que nadie lo sabía porque su vida que hacía tan solo dos días era pura dicha y felicidad, ahora, después de que Minho descubriera quien era en realidad, se había convertido en dolor y lo único que Kibum quería era morir en algún rincón de aquella casa que sin su esposo parecía un siniestro monstruo que se lo quería devorar.

Pero un pequeño dolor en su abdomen le recordó que no solo debía pensar en él sino también en el ser que crecía en su interior, por él no podía darse por vencido.





Aquel día había amanecido triste, hasta el cielo, pintado de gris parecía presagiar malos augurios. Ese día, Kibum había amanecido mejor, con los cuidados de la señora Hye Young y de Taemin, el dolor de su abdomen era casi nulo. Ellos le habían sugerido llamar al doctor Jinki, pero el rubio se había negado alegando que ya se sentía mejor.


Se levantó de la cama y se dirigió al primer piso, entró a la cocina y allí encontró a Taemin, Jinwoon y a la señora Hye Young conversando en voz baja.


— ¿Están hablando de mí? — preguntó algo molesto.

— ¡Kibum! No debiste levantarte, te ves demasiado pálido — le amonestó Tae, sorprendido de verlo allí.

— Ya me siento mejor… además en algunas horas, vendrán a buscarme. —musitó el rubio.

— ¿Quién, Kibum? — le preguntó la señora Hye.

— Lo llevarán a una clínica para practicarle un examen de ADN al bebé que está esperando — contestó Jinwoon mirando a Kibum.

— Sí y no me importa. Este bebé es de Minho — aseguró Kibum acariciando su vientre.

— Omma… todavía no entiendo que es lo que pasa… ¿Me lo vas a decir? — dijo algo receloso, Taemin.

— Sí, lo haré. Se los contaré a los tres… pero ahora no, voy a ir a ducharme y a vestirme para salir. Quiero estar listo cuando vengan por mí — sin decir más, Kibum se dio la vuelta y se dirigió a su habitación.



—*—*—

En el departamento de Jonghyun, Minho estaba encerrado en una de las habitaciones, mirando una y otra vez las fotos tomadas por su celular, en todas aparecía  abrazando o besando a Kibum, sonrientes, felices. Pero después de haber visto esos videos, Minho estaba seguro de que todo había sido una farsa: los sentimientos, las sonrisas… los te amos. Por eso, sin vacilar borró de su celular todas aquellas imágenes que ahora solamente le causaban daño. Ese sería el inicio, el primer acto para sacar a aquel farsante de su vida… y de su corazón.


Un golpe en la puerta interrumpió su labor, Minho se levantó de la cama en la que yacía y abrió la puerta, se trataba de su primo:

— Ya todo está listo, el abogado dice que nos entregará los papeles del divorcio esta misma tarde. Una vez que ese estafador los firme, podremos poner la denuncia por estafa, después de todo no quiero que involucren tu apellido y el prestigio de la familia en toda esta maraña de mentiras…


— Jong… primero lo primero, quiero saber si el bebé que espera es mío, ya luego veremos el resto…

— Está bien. De hecho ya es hora, así que vamos… deben estar esperándonos en la clínica — le informó Jong, tomando sus billetera y sus llaves para salir de su departamento. Minho lo siguió.



—*—*—

Kibum ya se encontraba en aquella clínica, acompañado de Jinwoon y otro guardaespaldas, había entrado a un consultorio. Un médico de edad media le había ordenado que se desvistiera y se pusiera una bata. Kibum sin ánimos, le había obedecido.


Se recostó en la camilla, descubriendo su vientre dejándolo a disposición del médico para que realizara la prueba. El procedimiento consistía en introducir una jeringa con aguja delgada y larga en el vientre del rubio y de esta manera extraer unas pocas células de la placenta del bebé.


Dolía, no lo iba a negar, pero tenía que hacerlo, debía probarle a Minho que no lo había engañado con otro hombre y que ese bebé era suyo.


Una vez que el médico terminó de tomar la muestra. Kibum se vistió y salió al pasillo del consultorio, donde Jinwon y el guardaespaldas lo esperaban. Pero no era a ellos a quien quería ver…

— Y… ¿Minho no vendrá? — preguntó a Jinwoon, pero fue el otro guardaespaldas el que respondió:

— Sí, está esperando en la recepción de la clínica. Quiere estar seguro de que todo haya salido correctamente.

Kibum asintió, caminando en dirección al lugar mencionado por el guardaespaldas.



—*—*—

Minho acababa de hablar con el médico encargado de realizar la prueba, este le había asegurado que todo había salido bien y que dentro de dos días tendría el resultado de la prueba.


Junto con su primo, estaban pagando el costo de la prueba cuando escuchó su nombre:

— ¡Minho! Hablemos, por favor — pidió Kibum, poniéndose en frente de él.

— ¡Pero mira a quien tenemos aquí! — gritó Jonghyun. — Al estafador que creyó que podría burlarse de nuestra familia — bufó molesto.

— No me interesa lo que tú pienses de mí, solo quiero hablar con mi esposo.

— ¡No te atrevas a llamarme así, nunca más! — espetó Minho, tomándolo del brazo y llevándolo apresuradamente al estacionamiento de la clínica.

— Me haces daño, Minho. ¡Suéltame!— le exigió Kibum, tratando de soltarse.

— Ahora, escúchame bien — siseó el alto. — Esta tarde te enviaré los papeles del divorcio, quiero que los firmes sin rechistar. No quiero que nada me una a ti, así que si ese bebé es mío, prepárate para lo que viene…

— Minho… déjame explicarte… es cierto que al principio mi objetivo era quitarte tu dinero… pero yo me enamoré de ti y… — Minho no lo dejó continuar.

— ¿En serio? ¡Qué afortunado me siento! — ironizó el alto. — No solo pensabas quitarme mi dinero, tu plan y el de tu amiguito, jefe, amante lo que sea, era asesinarme… ¿Te parece poco Kibum?

Kibum se sobresaltó al escuchar aquello, no entendía cómo es que Minho había obtenido tanta información.

— ¡Sé que cometí un error! Pero desde que te conocí, lo único que he querido es amarte… ser feliz a tu lado….

— Hay que tierno — espetó Minho — ¡Ahórrate todas esas idioteces, Kibum! No te creo una sola palabra… pero sabes, me llama la atención que aun no te hayas deshecho de mí, sabiendo que tu amante debe estar impaciente, ya ha pasado más de un año y no has realizado tu trabajo…

— ¡Yo no iba a matarte, no sería capaz! — gritó desesperado el rubio. — Y no es mi amante, nunca más lo será, porque él está muerto. Yo lo denuncié a la policía, sabía que no se entregaría y terminó muerto por resistirse al arresto.

Minho no lo podía creer ¿Había escuchado bien? — Es decir, que lo denunciaste porque sabías que iba a morir… ¿Quién eres Kim Kibum? ¿Con qué clase de monstruo me involucré?

— No me arrepiento, Minho. Él merecía morir… por todo lo que hizo…

— Y que te hizo a ti, Kibum. Está bien, sí, era un delincuente, pero no creo que te haya obligado a nada… porque vi como interactuaban y nunca hiciste nada que no quisieras…

—¿Crees que lo que hacía me gustaba? — al no recibir respuesta, continuó: — ¡No, Minho! ¡Hice lo que tenía que hacer para sobrevivir y no salir lastimado! ¡Pero tenía pesadillas todas las noches y muchas veces no podía dormir pensando en todo lo malo que había hecho en mi vida…! — gritó con la voz doblegada por el llanto.

— ¡No mientas, Kibum! Nunca te he visto despertar asustado o sufrir de insomnio…

— Esa es una de las razones por las que me enamoré de ti… porque solo al sentir tu cuerpo y… tus caricias yo me sentía tranquilo y podía dormir. Desde… que comenzamos a dormir juntos, no he tenido pesadillas ni… he tenido insomnio — confesó el rubio entre sollozos.

— ¡Pues qué fácil te ha resultado olvidar tus faltas! — tomó a Kibum de los hombros para verlo fijamente a los ojos: — No me hubiera importado conocerte en la calle… prostituyéndote, así por lo menos hubiera sabido a lo que me enfrentaba. Pero ¿Por qué, Kibum? ¿Por qué tuviste que deshacerte de tus hijos tan fácilmente? ¿Por qué te involucraste con ese tipo asqueroso? ¿Por qué nunca te negaste a acostarte con tantos hombres?


Kibum se congeló, no lo podía creer. Minho lo sabía todo, todo, hasta sus más sucios secretos.


— Yo sólo quería sobrevivir, Minho. No podía tener a los bebés… no podía criarlos en medio de toda esa escoria. Seguramente los hubieran utilizado como a mí o los hubieran vendido…

— Y nunca pensaste en salir de eso ¿Verdad? — Le reprochó. — Nunca buscaste algo mejor para ti, te conformaste con ser un vil estafador y la puta de ese tipo y sus secuaces.

— ¡Porque nunca me sentí capaz de hacer otra cosa! — exclamó, mientras las lágrimas se le escapaban de sus ojos felinos. — Lo intenté, Minho. Cuando me escapé de la casa de mi padrastro, traté de conseguir trabajo… pero nadie me lo dio, ni siquiera me miraban… y entonces… encontré ese prostíbulo y…

— No quiero saberlo… no me interesa, Kibum. Me mentiste, jugaste con mis sentimientos. — le interrumpió.

— No es cierto… yo te amo, Minho. Tú eres lo mejor que me ha pasado, eres el amor de mi vida. Yo no puedo vivir sin ti… — suplicó el rubio, llorando con angustia.

— Acostúmbrate, porque ya no quiero saber nada de ti, Kibum.— iba a irse, pero quiso herir aun más al rubio: — ¿Crees que si hubiera sabido que eras una puta regalada me hubiera fijado en ti? ¡Nuestros caminos nunca se hubieran cruzado a no ser por tus mentiras! — tranquilizándose un poco, dijo: — Yo merezco alguien con clase, Kibum. Mi primo siempre tuvo razón, no debí fijarme en ti. Una puta sin conciencia que se ha acostado con medio mundo no se merece ser feliz. Me das asco, Kibum. — escupió con desprecio el alto. Dejando a un ser roto, lastimado hasta lo más profundo de su alma.




Kibum se había quedado en aquel desolado estacionamiento, llorando desgarradoramente, pidiéndole a Minho que volviera. Cuando se calmó un poco, trató de caminar, pero de nuevo fue atacado por un fuerte dolor en el vientre. Quiso caminar hacia el interior de la clínica pero el dolor no se lo permitió. El dolor y las punzadas eran insoportables, ya no pudo dar un paso siquiera. Gritando de dolor, se desvaneció en el suelo, apretando desesperadamente su vientre.


Estaba perdiendo a su bebé.



—*—*—

Jinwoon había sido quien lo encontró tirado en aquel estacionamiento. Minho le había ordenado que fuera por él y que lo llevara a la casa. Estaba harto de Choi Minho, quería decirle unas cuantas verdades por cómo estaba tratando a Kibum pero todavía trabajaba para él así que no le quedó otra alternativa que obedecer e ir en búsqueda de su amigo.


La imagen de Kibum tirado en el suelo quejándose de dolor había sido desgarradora, por lo que al principio no supo cómo reaccionar. Después de unos segundos, tomó al rubio entre sus brazos y lo llevó a la clínica, pero Kibum le había pedido que llamara a su doctor. Primero se encargó de que alguien lo atendiera y enseguida escuchó las alarmantes palabras de una enfermera, “está perdiendo al bebé” había dicho.


Con las manos temblorosas, buscó en el bolso de Kibum la tarjeta con el número del doctor Jinki. Nervioso logró marcar los números en el teléfono, después de esperar tres tonos, el doctor le contestó. Jinwoon, le explicó presuroso lo ocurrido y a continuación un preocupado Jinki le había dicho que iría enseguida a aquella clínica.



—*—*—

Jinki llegó a la clínica después de media hora. No trabajaba ahí, pero tenía conocidos que le podían informar del estado de Kibum. Luego de hablar con algunos colegas, encontró al médico que estaba atendiendo al rubio. Pero cuando vio su semblante, supo que ya nada se podía hacer.

— ¿Cómo está el padre? — le preguntó al médico.

— Estable, tuvimos que sedarlo para calmar el dolor y hacer el procedimiento. Ya no tenía signos vitales, el feto murió en el vientre. Voy a hablar con el otro padre — dijo el médico. Jinki lo siguió, pensando que se encontraría con Minho. Pero no fue así, el médico hablaba con un hombre para él desconocido.

— Yo no soy el padre del bebé. Soy el guardaespaldas de Kibum. Pero si necesita hablar con él, puedo ofrecerle su número. — ofreció Jinwoon.


El médico iba a llamar pero Jinki le pidió hacerlo por él.


Minho le había contestado con voz apagada. Jinki le dijo que Kibum estaba en la clínica y le pidió que fuera lo más pronto posible.



—*—*—

Minho corría por los pasillos de la clínica, había estado yendo con su primo hacia su departamento cuando recibió la llamada. Jinki solo le había dicho que Kibum estaba en la clínica y que debía ir allí. Pero todo el camino de regreso, ya se había hecho una idea de lo que pasaba.


— Mi hijo… ¿Está bien? — preguntó exaltado cuando encontró a Jinki y al médico encargado del caso. Olvidando completamente las dudas sobre su paternidad.


Jinki negó: — Lo siento, Minho. Murió en el vientre de Kibum.

Minho pestañeó varias veces, negando con la cabeza, incrédulo por lo ocurrido. — No, no puede ser, Jinki. Dime que no es cierto…

— Lo siento, Minho. De verdad, lo lamento.

— Y ¿Kibum, cómo está? — preguntó el alto, pasándose la mano por la cara tratando de secarse las lágrimas que se le habían escapado.

— Ahora está inconsciente, pero cuando despierte seguro necesitará tu apoyo… es importante que le demuestres que no está solo…

— No… eso no puedo hacerlo. Nosotros… ya no estamos juntos. — tratando de reprimir el llanto, preguntó: — ¿Pueden darme los restos de mi hijo? Quiero llevármelo.

— Sí, está bien. Acompáñeme — le pidió el médico. Ambos desaparecieron por una puerta de los pasillos.




Suspirando, Jinki se dirigió a la habitación de Kibum. Lo mínimo que podía hacer era ofrecerle apoyo moral al rubio.


—*—*—

Kibum despertó sintiendo su cuerpo adormilado, el dolor había desaparecido, pero algo andaba mal. Tocó su vientre, teniendo un mal presentimiento. Quiso levantarse, pero alguien se lo impidió.


— Tranquilo, Kibum… lo mejor es que permanezcas acostado — era Jinki quien con delicadeza lo recostó nuevamente.

— Mi bebé… ¿Está bien? — preguntó adormilado.

No obtuvo respuesta y aquello lo alarmó. Tuvo miedo, no podía perder a su bebé también.

— Lo siento mucho, Kibum… hicieron todo lo que pudieron para salvarlo… pero ya era tarde…

— No… ¡Mi bebé no! — gritó alterado tratando de levantarse de la cama. Tenía ganas de salir corriendo, debía ir a buscar a su bebé…

— Tranquilízate por favor… — trataba de contenerlo el doctor, pero fue necesario que vinieran dos enfermeras a detenerlo. Le inyectaron un tranquilizante y enseguida el rubio cayó dormido de nuevo.



—*—*—

Jinwoon les había avisado de la situación a Taemin y a la señora Hye, quienes ya se encontraban en la clínica preguntando por el estado de Kibum y el bebé. El mismo Jinwoon había sido el encargado de decirles lo que había ocurrido, lo del aborto y la crisis de Kibum.


— No lo puedo creer… en tan solo tres días han pasado tantas cosas… pero esto es lo más triste de todo. El bebé de Kibum, mi hermanito…. — musitó Taemin, al borde del llanto.

— Para todos es difícil Taeminie, pero Kibum debe estar destrozado, ¡Mi pobre niño! — exclamó la señora Hye, muy afectada por lo ocurrido con el chico al que cuidaba y con el que tanto se había encariñado.

— Todo esto es culpa de Choi Minho… — dijo con rencor Jinwoon.

— ¿Por qué lo dices? — inquirió Taemin.

— Porque antes de que Kibum tuviera el aborto, Choi lo llevó al estacionamiento… estoy seguro que la discusión fue lo que le afectó a Kibum.

— ¿Y está aquí o es que ni siquiera le importó lo ocurrido? — preguntó Taemin, dolido. Porque el también consideraba que la culpa de todo era de Minho.

— Si, está.  Pero solo vino por su hijo, no le importó un comino Kibum. — alegó Jinwoon amargamente.

Y en ese preciso momento, Minho venía del fondo de un pasillo. Taemin lo vio y fue hacia él.

— ¡Te odio, Minho! — gritó rabioso Taemin. — ¡Todo esto es tu culpa, por tu culpa mi omma está mal, por tu culpa perdió a su bebé! — le reprochó Taemin.


Jonghyun quien había estado con su primo haciendo el papeleo para obtener los restos de su hijo, intervino: — Niño, cálmate ¿Sí? — le pidió con serenidad — Minho también está afectado por lo ocurrido, pero en todo caso, Kibum también tiene la culpa. Estoy seguro que ya debió haberse sentido mal tiempo atrás, debió ir al médico para que lo revisen….


— Está bien, Jong. Déjalo así — le detuvo Minho, quien lucía un semblante pálido y unas grandes ojeras. — Mira, Taemin. Tú no sabes todo lo que ha ocurrido, por tu reacción no creo que lo sepas… pero voy a dejar que Kibum te lo diga, después de que eso ocurra, llámame y dime si quieres quedarte con él o venir conmigo. Sea cual sea tu decisión, yo seguiré pagándote la escuela y te proporcionaré una cantidad mensual para tus gastos. — ofreció el alto mirando a Taemin.


— ¿Por qué me dices eso, Minho? ¡Tú no tienes alguna obligación conmigo!

— Claro que la tengo, Taem. Ayer me llegaron los papeles que me acreditan como tu tutor hasta que cumplas la mayoría de edad[1] — le aclaró el alto. — Así que piénsalo, estaré esperando tu respuesta. — concluyó, pasando por un lado de Taemin.



—*—*—

Era difícil para Kibum discernir si era de noche o de día. Tampoco sabía cuántos días habían pasado desde que perdió a su bebé,  lo único que sabía era que quería morir.




Aunque Kibum no estaba consciente de aquello, ya  había pasado una semana desde aquel fatídico día. Había pasado 7 días enteros encerrado en su habitación, sin comer y durmiendo apenas un par de horas al día. Pero no importaba, ya nada importaba.


Kibum había muerto ese día, el día que Minho lo hirió con sus crueles palabras, el día que perdió a su bebé. Por eso ahora quería hacerlo definitivo, quería desaparecer de ese mundo que solo le había ofrecido penas y tristeza.


En aquellos días, había pensado decenas de formas para quitarse la vida o lo que quedaba de ella. Entonces recordó los años que pasó en aquel prostíbulo, recordó a varios chicos que había considerado sus amigos, chicos que habían sufrido insultos y maltratos igual o más que él. Muchos de ellos no lo habían soportado, sus mentes y sus cuerpos no habían soportado ser sometidos a los insanos deseos de hombres que no aceptaban un no por respuesta. Y entonces habían acabado con sus vidas. Ahorcándose, cortándose las venas en una bañera, tomando veneno o incluso apuñalándose a sí mismos.


Sí, Kibum lo había visto, había visto los rostros sin vida de aquellos chicos. En ese momento, no entendió la magnitud del dolor que los había llevado a cometer tales actos. Incluso, los había considerado cobardes por no enfrentar las dificultades y rendirse tan fácilmente.


Pero ahora lo entendía, ahora su dolor, su pena era tan grande que ya no podía más. Tenía que terminar con esa sensación de vacío y desesperanza. Estaba seguro que todo y todos estarían mejor si moría, si acababa con su inservible vida.




Se levantó de la cama, se desnudó lentamente, después de todo no había prisa. Buscó en el clóset una navaja, la navaja suiza de Minho que yacía guardada en su lado del mueble. Era perfecta para hacerlo porque su esposo siempre la mantenía afilada. Pasó su dedo índice por el filo de la hoja y enseguida cortó la piel, liberando varias gotas del líquido carmesí.


Entró al baño, se sentó en el piso de la bañera, no quería que la señora Hye tuviera que limpiar toda la sangre que derramaría.




Abrió al máximo la llave del agua fría, eso ayudaría a que la sangre se fuera por el drenaje. Su piel aun caliente resintió el frío líquido, pero no importaba, todo terminaría en un momento.


Tomó la navaja, colocó la punta en la parte superior de la axila, justo encima de la piel de su brazo izquierdo. Sabía que esa era la mejor forma de hacerlo, un largo corte vertical desde la axila hasta la muñeca, alguna vez se lo había visto hacer a uno de sus amigos suicidas, el método era infalible.


Nadie podría salvarlo, cuando lo encontraran ya estaría totalmente desangrado. Sí, así debía ser, iba a doler mucho pero era lo que se merecía por haber hecho sufrir a Minho, por perder a su bebé. Lo sentía por Taemin, por dejarlo nuevamente solo, pero sabía que su esposo lo acogería, así que en realidad no lo necesitaba.


La navaja cortó la piel, mientras más profundo más dolía… o dolía menos, la sangre corrió por el brazo del rubio, y de un momento a otro se hizo tanta que bañó por completo el lado izquierdo del pecho de Kibum, era tanta que ni el agua que caía de la ducha era capaz de lavarla.

NOTA: será que Kibum muere y aquí se acaba el fic?? o será que vive pero en cambio va a la cárcel? en el siguiente capi veremos...

[1] En Corea, la mayoría de edad se obtiene a los 21 años.

4 comentarios:

Unknown dijo...

No quiero que muera y tampoco que valla a la carcel .
*drama mode on * NOOOO NOOO NOOO NOOOO NOOOO NOOO etc TnT por favor kibum no mueras no no no no no no no no no no no etc . Si tu me mueres yo me suisidio TwT no podre aguantar hasta el próximo capítulo :c
(Espero el otro fic c: ) Muchas gracias por el abrazo mental yo te mandó uno también C:
Bye~♡

Unknown dijo...

noooooooooooooooo SU BEBE T_T no quiero que mueraaaaaaa ni que vaya a la carcel quiero que minho lo rescate y que liga que lo ama (rerrichen) no no no quieroooooooooooo key-shi no mueras





me encanta este fic espero conti

Anónimo dijo...

esta muy interesante tu fic me dejaste en suspenso no se si soporte hasta q actualizes pero por fa... q key no muera...no lo soportaria

Unknown dijo...

whaaaa...yo se que siempre me quejo pero kyaaaa xq tiene que ser taaan triste no es justo!!! yo se que key no morira digo osea no puede no inventes yo se que no eres btan mala como para dejar que key muera y aqui acabe la historia :$

PD: ya sabes que me encanta el fic aunque lo pongas todo depresivo o dramatico aqui seguire hasta el final xD

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