Aclaraciones del capítulo: En este capítulo y como verán en la foto del capi, incluyo a un nuevo personaje. Sé que esta pareja es nada conocida y a algunos seguro no les gusta, pero... decidí poner a este chico porque para mi Minho es muy varonil como para ser pasivo, no me gustan las parejas en las que es el uke. Por eso, me puse a pensar quien quedaría bien como su pareja (que no fuera Kibum, ni Taemin) y ganó él.
Sé que este chico es mayor por un año para Minho, pero para mi se ve más joven y así será en el fic también.
CAPÍTULO 4
Desde
que encontraron a Taemin, Minho y Kibum hicieron todo lo posible para acercarse
a él. En los primeros días, hacerlo fue algo muy difícil porque Taemin, no
quería hablar y mucho menos soportaba que lo toquen, los días los pasaba en la
cama y en las noches tenía insomnio, y cuando lograba dormir, se despertaba
asustado debido a las pesadillas que tenía.
Pero
después de un tiempo, gracias a la dedicación y el cariño que siempre le
profesaban, Taemin fue acercándose un poquito a
la pareja. Sabían que debía estar traumatizado por lo que vivió, así que
pensaron que lo mejor era que recibiera ayuda profesional que le ayudara a
superar sus malos recuerdos. Por eso dos veces por semana, Taemin asistía a una
cita con el psicólogo y gracias a su apoyo, poco a poco se fue abriendo hacia Kibum y Minho.
También
debían resolver el estatus migratorio de Taemin, Minho arregló aquello,
pidiendo que le facilitaran una visa de turismo. No era algo sencillo de
conseguir, pero el dinero movía masas, trabajadores migratorios incluidos.
Kibum
se había consagrado a cuidar al chico. Al igual que a su esposo, le cocinaba,
le arreglaba su ropa y en ocasiones hasta lo peinaba. El rubio sabía que esa
actitud hacia Taemin se debía sobre todo a que se identificaba con él. Taemin
le recordaba a él mismo a esa edad, cuando había escapado de la casa de su
padrastro creyendo que en la calle estaría mejor. Ojalá él se hubiera
encontrado con alguien que le ayudara,
pero no fue así. Pero ahora que tenía la oportunidad de mejorar la vida de
alguien, lo iba a hacer, para que Taemin no terminara como él, siendo el
estafador que fue hasta que conoció a Minho.
Con
el paso de los días, Taemin fue tomando aún más confianza con la pareja. Minho
y Kibum eran para él como sus padres. Agradecía infinitamente haberse
encontrado con Kibum, quien con su cariño hacia que se sintiera alguien
importante. A Minho lo consideraba un ejemplo, un modelo a seguir. Esperaba
poder ser algún día como el alto: un importante hombre de negocios, honesto y
amable con todos. Pensaba que ambos habían tenido mucha suerte al encontrarse
el uno al otro.
Tan
observador como era, Taemin se había dado cuenta de los sentimientos de Jinwoon
hacia Kibum. Él no quería que sus “appas” como ahora les dijera, se separaran
por culpa del guardaespaldas. Sabía que Kibum amaba a Minho y que no sería
capaz de engañarlo, pero no estaba demás advertirle a Jinwoon lo que pasaría si
llegaba a interponerse entre sus padres.
Era
un martes por la tarde y después de que Kibum llegara de sus clases de Inglés,
habían salido a un parque de niños cercano al departamento. Luego de que
tomaran unos helados, Kibum se había puesto a jugar con unos niños, ayudándolos
a columpiarse o a subirse a los otros juegos.
Taemin,
harto de que Jinwoon estuviera viendo cual idiota a su omma, decidió llamarle
la atención, para que dejara de ver lo que le pertenecía a su appa.
—
Jinwoon, ¿podrías dejar de ver a Kibum como si fuera un pedazo de carne? —
pidió grosero Taemin.
—
¿Qué?... No sé a lo que te refieres — contestó saliendo de su ensoñación
—
Mira, Minho podrá ser muy tolerante, pero no creo que reaccione bien si le
cuento que tú estás enamorado de “su” esposo — aseveró Taemin.
—
Eso no es cierto — aseguró mirando a cualquier parte menos al castaño.
—
Sólo te lo voy a decir una vez, Jinwoon. Te atreves a entrometerte entre Minho
y Kibum, y te juro que diré que me tocaste, armaré tal escándalo que no
volverás a trabajar para nadie. — amenazó entrecerrando los ojos, Taemin.
—
No seas tan infantil, Taemin. No hace
falta que me amenaces, yo no sería capaz de dañar una relación tan linda como
la que esos dos tienen. Kibum es sólo mi amigo, con eso me conformo — afirmó el
guardaespaldas.
—
Está bien, te creo. — dijo el castaño, corriendo cual niño hacia Kibum.
En
pocos días, Minho y Kibum cumplirían un año de casados. Kibum quería preparar
algo bonito para aquella importante ocasión. El mejor año de su vida debía
festejarse especialmente, pero no sabía
exactamente qué hacer. Tal vez lo más especial fuera algo simple pero
hecho con mucho amor. Sabía que a Minho le gustaba su comida, así que decidió
que prepararía una cena con un menú especial para la noche de su aniversario.
Sonriendo se levantó del sofá en el que reposaba, tomó de una repisa un lápiz y
una hoja para comenzar a anotar todo lo que necesitaría para preparar la cena.
En
su oficina, Minho estaba a punto de conocer al equipo de publicistas que se
encargarían de llevar la nueva campaña de la empresa. Últimamente, con los
problemas internos que se habían suscitado, la empresa había perdido algunos
clientes y Minho decidió que lo mejor era realzar la imagen de la empresa con
una campaña de publicidad que mostrara que la compañía aún era la mejor de
todas.
Vio
como el equipo de cinco publicistas entraban a su oficina uno tras otro. Pero
se sorprendió gratamente al reconocer a un integrante del equipo. Se trataba de
nada más ni nada menos que de Xi Luhan, su ex novio. En realidad, era el único
novio que había tenido aparte de Kibum, ya que nunca tomó en serio ninguna
relación, para Minho siempre se trataba de satisfacer sus necesidades sexuales
y nada más. Por eso el chico quien era dos años menor que el alto, era muy
especial y querido para él.
Se
habían conocido en el colegio, Minho estaba en quinto año y Luhan acababa de
cambiarse de escuela. Como Minho era uno de los mejores estudiantes, le
asignaron a Luhan para que le ayudara a adaptarse y nivelarse porque que el
chico había entrado a mitad de año. A partir del momento en que se conocieron
hubo mucha química entre ellos y en poco tiempo se convirtieron en novios. Su
relación adolescente se terminó porque
mientras que Minho fue a la Universidad, Luhan fue nuevamente transferido, esta
vez a una escuela en Japón debido a su padre quien viajaba constantemente por
su trabajo.
El
chico, apenas reconoció a Minho, se lanzó a sus brazos: — ¡Hola Minho, cuánto
me alegra verte! — saludó Luhan quien tenía un brillante cabello rubio claro
dorado que lucía muy bien peinado hacia un lado. El traje negro que llevaba,
remarcaba sus largas pestañas y sus lindos ojitos que a Minho siempre le
parecieron los de un tierno cervatillo. De ahí que acostumbrara llamarlo
“Bambi” cuando fueron novios.
—
¡Wow Luhan! ¡Cuánto tiempo, a mí también me alegra verte! — contestó emocionado
el alto, mirando lo mucho que su ex novio había crecido, ahora era más guapo que cuando lo vio por última vez.
—
Sí, me entusiasmé mucho cuando me asignaron tu cuenta. ¡No podía creer que
después de ocho años te volvería a ver!
—
Eh… disculpe que los interrumpa Señor Choi, pero debemos comenzar con la
reunión — recordó el nuevo gerente de la empresa auditora.
—
Sí, tiene razón. — acordó Minho mirando al gerente. Dirigiendo su atención hacia
Luhan dijo: — Después continuamos hablando ¿de acuerdo?
Luhan
asintió sonriendo.
Una
vez que terminaron la reunión, que además había sido muy provechosa, debido a
las ideas innovadoras de Luhan y el resto del equipo de publicistas, Minho y
Luhan quedaron de acuerdo en encontrarse en un bar luego de que terminara la
jornada de trabajo.
A
las seis de la tarde, un muy ansioso Luhan esperaba a Minho en aquel bar. Le
emocionaba mucho saber que podría conversar con su primer novio. Aunque
pareciera extraño, nunca lo había olvidado.
Su noviazgo fue corto y los
sentimientos no parecían importantes en aquel momento. Pero conforme pasaban
los años, Luhan siempre se preguntaba que hubiera sido de su relación con el
alto si se hubiera quedado en Corea. En ocasiones pensaba que Minho había sido
el único que de verdad lo había apreciado. El resto de sus relaciones habían
sido muy efímeras, nada importantes.
Luhan
sabía que Minho estaba casado. Al enterarse de aquello se había sentido triste,
decepcionado. Muy dentro de sí, esperaba haber sido igual de importante para
Minho, así como el alto lo era para él. Era cierto que nunca se había puesto en
contacto directo con él, pero si le enviaba uno que otro mensaje por su
cumpleaños o alguna festividad. Minho siempre le respondía agradeciéndole por
los mensajes, y para él eso era suficiente.
Ahora,
su intención no era otra que la de ser amigo de Minho. Por el trabajo estarían
cerca, eso era inevitable, pero además
esperaba retomar la amistad que forjaron en ese año en que estuvieron juntos.
Estaba pensando en aquello, cuando vio llegar a Minho al bar, llamó su atención
levantando su mano y agitándola.
—
Hola, ¿llegaste hace mucho? — preguntó Minho
—
No, no te preocupes. Mejor pidamos algo para tomar y me cuentas lo que ha sido
de tu vida durante estos años que no nos hemos visto — sugirió Luhan, llamando
a un mesero.
Minho
y Luhan conversaron durante horas. La verdad es que tenían muchas cosas en
común y disfrutaban mucho contándose sus vidas. Luhan contó entre otras cosas,
que después de terminar la secundaria en Japón se mudó a Estados Unidos donde
estudió Publicidad, siendo uno de los mejores de su promoción fue fácil para él
conseguir un empleo en la empresa más importante del ramo en Estados Unidos, y
ahora tenía ya dos años trabajando en aquella empresa y era reconocido como uno
de los mejores empleados.
Minho
le contó de la muerte de sus padres y de cómo había tenido que ponerse al
frente de las empresas que le heredaron. Pero de lo que más se enorgulleció en
contar fue de haber encontrado a Kibum, quien según palabras del alto era el
amor de su vida y con quien en unos días cumplirían un feliz año de casados.
Para resaltar las cualidades de su esposo, le contó a Luhan, la manera en que
había ayudado a Taemin, quien ahora era parte de su pequeña familia ya que
Minho lo consideraba su hermanito.
Entre
risas y una amena charla pasaron horas, y cuando Minho miró su reloj eran ya
las doce de la noche e incluso estaban a punto de cerrar el bar. Miró su
celular, en el que aparecían veinte llamadas perdidas de su gatito. Había
puesto su celular en modo silencio cuando comenzó la reunión con los
publicistas y no se acordó de ponerlo en modo normal, por lo que no se dio
cuenta de las llamadas. Kibum seguro estaría muy preocupado por él.
—
Es tardísimo. Tengo muchas llamadas perdidas de Kibum. Seguro se va a enojar
conmigo por no avisarle. — levantándose de su asiento, dijo: — Si quieres te
llevo a tu casa, ya es muy tarde….
—
No, no te preocupes. Tengo mi propio auto afuera. —Luhan no quería que dejaran
de frecuentarse, por lo que sugirió: — ¿Qué te parece si mañana después del
trabajo también nos reunimos?
—
No estoy seguro, creo que Key quería ir a….
—
Señor— le interrumpió uno de sus guardaespaldas, quienes lo esperaban afuera
del bar — su esposo llamó a Jinwoon hace unos minutos, para preguntarle su
paradero. Jinwoon le dio mi número y hace unos segundos, su esposo me llamó, le
dije que usted estaba tomando unas copas con un amigo y cuando le dije eso
colgó… no sabía que se enojaría…
—
Está bien, no te preocupes. Pero será mejor que nos vayamos ahora mismo o sino
Kibum hará que duerma con el perro que no tenemos — bromeó el alto. — Y perdón
por hacerles trabajar hasta tan tarde, es que el tiempo se pasa volando cuando
se conversa del pasado. —
—
Minho, nos vemos mañana. Me encantó
recordar tantas cosas que vivimos — se despidió Luhan, dándole un beso en la
mejilla, dijo: — Adiós. Saluda a tu esposo de mi parte. — y con una sonrisa
subió a su auto.
Kibum
había estado esperando que su esposo llegara hace cuatro horas. Llamó y llamó a
su celular durante todo ese tiempo y simplemente, Minho no le contestaba.
Comenzó a preocuparse cuando observó en su reloj que ya iba a ser la
medianoche. Desesperado por saber lo que había ocurrido con su esposo, llamó a
Jinwoon, quien le facilitó el número de uno de los guardaespaldas que
resguardaban a Minho. Ansioso y nervioso, llamó y su preocupación y angustia
cambió a sorpresa y enojo cuando el guardaespaldas le informó que su querido
esposo estaba sano y salvo tomando unas copas con un amigo.
Está
bien, Minho podía ver y encontrarse con sus amigos cuando quisiera. Pero ¿Por
qué no le avisaba que iba a tardarse? Él ahí, en ese departamento muriendo de
preocupación, pensando que algo le pasaba a Minho y su querido esposo tan
tranquilo bebiendo con un amigo. Y, le intrigaba mucho saber de qué amigo se
trataba porque, qué tan importante era aquella persona como para que Minho ni
siquiera se preocupara por mandarle un mensaje avisándole que llegaría tarde.
Enfadado, se dirigió a su cuarto y se encerró. Esa noche, Minho dormiría en
cualquier sitio, menos a su lado en la misma cama.
Minho
había llegado hace unos minutos al departamento y ahora se encontraba rogándole
a su gatito que le abriera la puerta de la habitación.
—
Mi amor… déjame entrar… te lo voy a explicar todo, pero déjame entrar… Mira que
ya no puedo dormir si no es a tu lado — trataba de convencer el alto a un Kibum
que no emitía ni el más mínimo ruido, hasta ese momento…
—
¡Cállate, cursi mentiroso! — Espetó el rubio — ¡Quiero dormir, así que cállate!
— seguía gritando.
—
Kibum estaba muy enojado, así que mejor habla con él mañana. — dijo Taemin
saliendo de su cuarto con cara de sueño. — Debiste llamarlo o mandarle un
mensaje, pensaba que te había ocurrido algo, fue muy desconsiderado de tu
parte, Minho.
—
Sí lo sé. Pero es que no había visto a Luhan hace muchos años…
—
¿Quién es Luhan? — interrogó Taemin al oír ese nombre.
—
Es mi amigo y mi ex novio… salí a tomar unas copas con él.
—
Uff… a mi omma no le va a gustar escuchar eso…
—
¡Pues ya lo escuché! y quiero que me lo expliques todo, Choi Minho — gritó
desde su cuarto Kibum. — Pero será más tarde ¿me escuchaste? — inquirió Kibum,
enfadado.
—
Sí, mi amor. — y diciendo eso, Minho se resignó a dormir en el sofá, menos mal
que era un amplio y cómodo sofá.
Al
día siguiente, cuando Kibum salió de su cuarto para preparar el desayuno,
encontró a Minho esperándolo fuera de la habitación, con los brazos cruzados y
con una seriedad inusual en él.
—
¿Ahora sí podemos hablar, Kibum? — le preguntó el alto.
—
Claro, entra — le pidió, dándole paso a la habitación.
—
Mira gatito, sé que cometí un error al no haberte llamado, lo acepto y te
prometo que no volverá a ocurrir…
—
¿Tan importante era ese tipo con el que saliste, como para que olvides la
noción del tiempo y además te olvides de avisarme que llegarías tarde? — le
interrumpió el rubio con enfado.
—
No se trata de eso. Es sólo que no lo veía hace mucho y teníamos mucho de qué
hablar….
—
Sí, y es tu ex. — le interrumpió ofuscado de nuevo Kibum.
—
Sí, lo es. Pero más que eso, fue mi amigo en el colegio. El que sea mi ex, no
significa nada ahora, porque te tengo a ti, mi amor, mi gatito precioso —
susurró Minho acercándose a su esposo
tomándolo de la cintura.
—
Está bien.— aceptó el rubio, evitando la mirada del otro. — Pero si es tu
amigo, quiero conocerlo. Invítalo a venir esta tarde, después del trabajo. —
exigió Kibum, todavía enfadado pero más tranquilo.
—
Como tú quieras, mi vida.— dijo el alto intentando besar al rubio, pero este
todavía estaba enojado, así que ladeaba su cabeza, esquivando la boca de Minho.
— Bebé, Luhan es sólo un amigo…
—
No es eso lo que me molesta — en parte si lo era, pero Kibum no lo admitiría. —
¿Sabes lo angustiado que estaba pensando en que algo pudo haberte pasado?¿Qué
tal si estabas herido o secuestrado…
—
Tengo cuatro gigantes y musculosos guardaespaldas cuidándome, amor. Nada me va
a pasar. Pero sé que me equivoqué al no llamarte. No volverá a pasar, te lo
prometo — aseguró Minho, ofreciendo su dedo meñique.
—
Bien, te creo. — cedió, entrelazando su dedo meñique con el de Minho para
sellar la promesa.
El
día transcurrió como siempre. Kibum almorzó en el departamento acompañado de
Jinwoon, luego asistió a sus clases de Inglés y regresó alrededor de las cinco
al lugar. Kibum no sabía exactamente por qué, pero no tenía ánimos de preparar
algo para cuando llegaran Minho y su amigo. Sin embargo sería grosero si no
tenía qué ofrecerle a su invitado, por lo que decidió preparar un postre. Así
que poniendo manos a la obra, comenzó a reunir los ingredientes para hacer su
postre favorito: pastel de fresas.
Aproximadamente
a las seis de la tarde, Taemin llegó de su cita con el psicólogo, quiso
ayudarle a Kibum pero este lo mandó a arreglarse porque estaban a punto de
llegar Minho y su amigo.
Y
así fue, media hora después, Minho entraba al departamento seguido de un muy
sonriente Luhan.
—
Wow, Minho. Este departamento es muy bonito. Se nota que sabes cómo gastar tu
dinero. — dijo Luhan sorprendido por la sofisticación y elegancia del lugar.
—
Sí, pero la elección la hizo Kibum. Yo sólo pago la renta.
—
Pues tiene muy buen gusto— reconoció Luhan.
Justo
en ese momento, aparecía Kibum en la sala en donde se encontraba también Minho
y Luhan. El rubio sonriente y gustoso de ver a su esposo se acercó a él: — Hola
mi amor, ¿Cómo estuvo tu día? — le preguntó tomándolo del cuello y dándole un
dulce beso.
—
Bien… — algo incómodo porque Luhan los viera besándose, se soltó del agarre de
Kibum. — Mira gatito, él es mi amigo Luhan. —
Kibum
se sintió herido por el gesto de rechazo de Minho, pero prefirió ocultarlo y
fingir que nada había pasado —: Ah, Mucho gusto. Soy Kim Kibum, el esposo de
Minho — dejó claro el rubio, sonriendo forzadamente.
—
Mucho gusto, también — contestó Luhan, ofreciéndole la mano al rubio, quien
algo reticente la aceptó.
—
Bueno, la verdad es que estaba algo cansado, así que no preparé la cena,
solamente hice un pastel de fresas. ¿Gustarías probar un poco?— inquirió el
rubio a Luhan.
Y
cuando Luhan aceptó, Kibum pidió permiso y se retiró a la cocina. Una vez en el
lugar, su sonrisa fingida cambió por una cara llena de tristeza. Era más que
obvio que entre su esposo y el tal Luhan había mucha química. Por supuesto, ¡Si
habían sido novios! Luego estaba el rechazo de Minho luego de que lo besara…
nunca se había comportado de esa manera. Era evidente que a Minho le importaba
mucho lo que aquel chico pensara y para colmo, ¡Luhan era muy guapo!
Disgustado
por tener aquellos pensamientos que mostraban sus celos e inseguridad, prefirió
volver a la sala con las rebanadas de pastel para su esposo y Luhan.
Pero
resultó que no estaban en la sala sino en la amplia terraza que el departamento
poseía en el segundo piso. Kibum los encontró ahí, sentados en los cómodos
muebles beige del lugar. Minho se había sentado junto a Luhan mientras
observaban los altísimos edificios que los rodeaban. Y eso lo enojó mucho más,
se notaba que ese par se conocía íntimamente porque la cercanía y los roces no les
molestaban.
La
velada para Kibum, pasó desesperadamente lenta. Eran aproximadamente las nueve
de la noche y la cara le dolía de tanto fingir la sonrisa. No era solo que le
molestara la atención que le prodigaba Minho a Luhan, sino también que hace
tiempo que Kibum se había dado cuenta que
al otro rubio le gustaba su esposo. Esa atracción hasta un ciego la podría
percibir. Y en este caso, Taemin también se fijó en aquello. Taemin se había
unido a ellos poco después de que Kibum les sirviera las rebanadas de pastel y
enseguida percibió el extraño ambiente entre Minho, Luhan y Kibum.
Así
que tratando de librar a su “omma” de aquella tortura, le pidió que le
acompañara a su habitación para que le ayudara con algo. Cuando llegaron a la
habitación, Kibum se lanzó a la cama, agotado, frustrado, enojado y con el
rostro adolorido por tantas sonrisas fingidas.
—
Lo siento, Kibum. Minho esta vez sí se pasó. — dijo Taemin, acariciando
suavemente la rubia cabellera que yacía esparcida en una almohada.
—
No lo sientas, Taem. Tú no has hecho nada. Está claro que a Minho le interesa
mucho su amiguito. — Tratando de contener las lágrimas continuó —: y como no,
si el tal Luhan es un dechado de virtudes… es guapo, alto, educado, exitoso.
Hasta yo estaría interesado en él de ser Minho. — Y por supuesto, seguramente
no había ejercido la prostitución o la estafa como él lo había hecho. Se sentía
tan poca cosa junto a Luhan.
—
Pero tú eres su esposo. Debería haberte dado tu lugar, pero prefirió darle toda
la atención a su amigo…
—
No importa, estoy muy agotado. Ya no quiero seguir fingiendo. Si por mí fuera,
hace tiempo que hubiera echado a patadas al niño bonito. — una lágrima corrió
por su rostro, al decir aquello. — Hazme un favor, diles que ya me acosté. No
me importa lo que hagan, si Minho quiere, puede irse con aquel tipo. Sólo
quiero dormir. — musitó quitándose los zapatos y subiendo a la cama de Taemin,
quien lo veía triste. — No te molesta que me quede contigo ¿verdad? — le
preguntó a su hijo putativo.
—
Claro que no, omma. Enseguida regreso. — indicó Taemin, cubriendo a Kibum con
las cobijas.
En
la terraza, Minho conversaba amenamente con Luhan, quien estaba feliz por poder
compartir tiempo con el alto. Se sintió alagado al sentir que Minho le prestaba
más atención a él que a su esposo. Su intención no era crear discordia, sin
embargo no pensaba desaprovechar la oportunidad de estar junto a Minho. Más aún
sabiendo que amaba a Kibum más que a nada y que si tenía que elegir, sin duda
escogería al de ojos felinos.
Taemin
entró a la terraza con la seriedad impregnada en su rostro. Ubicándose en frente de Minho y Luhan, llamó su atención
carraspeando su garganta:
—
Disculpen, sólo quería informarles que mi “omma” digo… Kibum, estaba cansado,
así que en este momento ya está durmiendo. Por eso, les pide que la pasen bien
y que si quieren seguir conversado, pueden marcharse a algún lugar. — Haciendo
una reverencia, dijo — : Buenas Noches. — y se fue del lugar.
Minho
veía estupefacto como Taemin salía de la terraza. Eso no estaba bien, nada
estaba bien. Y como si despertara de un sueño, se levantó súbitamente del
sillón en el que estaba sentado junto a Luhan.
—
Disculpa Luhan, tengo que ir a ver a mi gatito. Si quieres te acompaño a la
puerta de salida, ya es algo tarde y lo mejor es que nos despidamos — ofreció
Minho con una sonrisa nerviosa.
—
Sí, está bien. Tú ve con tu esposo. Yo sé cómo salir del departamento. — dijo
Luhan, despidiéndose del alto.
Minho
se dirigió a la habitación que compartía con Kibum, pero cuando entró no lo
encontró por ningún lugar de la misma. Algo asustado, lo buscó por todo el
departamento y el resultado fue el mismo. Sabía que había cometido un error,
otro más. Había ignorado a su esposo toda la noche, había preferido permanecer
junto a Luhan, en vez de estar al lado de su esposo.
Desesperado
por conocer donde estaba su esposo, llamó a la puerta de Taemin. Nadie le
contestó. Al décimo golpe, un empijamado y soñoliento Taemin abrió la puerta.
—
Sí, está aquí. Pero estaba muy cansado y triste. Así que por hoy no lo
molestes… quizá mañana quiera hablar contigo. Pero yo en su lugar, te pediría
el divorcio…
—
No lo digas ni en broma, Taem. Sé que esta noche me porté mal, por eso es mejor que
converse con él ahora mismo…
—
¡No Minho! Kibum está muy dolido, déjalo descansar — exigió Taemin enfadado.
Resoplando,
Minho aceptó y se prometió que en la mañana ya todo estaría arreglado con su
gatito.
2 comentarios:
Mari~
Soy yo ... O siento que a taemin leesta empezando a "gustar" kibum (?) y que a luhan le gusta minho (?)
muchas dudas para mi pobre cabeza :c
bueno dejando eso de lado , he de decir que me gusto mucho el cap y que esta muy interesante . Espero que subas el proximo cap rapido , quiero aclarar mis dudas (?
:D hasta el proximo cap :D
Hola!! pues.. no, a taemin no le gusta Kibum, el cariño es fraternal de hijo a madre y de madre a hijo kekekeke. Y sí a Luhan le gusta Minho, ya veremos que pasa con estos dos.
Me alegro de que te guste, el cap lo subiré la próxima semana. Te agradesco por comentar. Siento que ya te quiero-.... jajaja yo tan cursi y loca XD
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