No te enamores de mí (Cap 3)

CAPÍTULO 3


Kibum estaba acostado en su cama, eran las doce del día y no se sentía bien. Sabía que en parte era porque había comido la cena preparada por la madre de Minho, la señora cocinaba delicioso pero su comida no iba de acorde a su estricta dieta, eso aunado a que no se había tomado sus medicamentos por la noche empeoraban su estado.


Pero también sabía que la mayor parte de su malestar era provocado debido a la decepción que sentía por el rechazo de Minho. Le dolió mucho saber que a él no le gustaban los chicos y menos aquellos que como Kibum, podían concebir vida. Y lo peor de todo fue enterarse de que Minho tenía novia, seguramente era muy bonita y tenía muchas virtudes, porque se notaba que el alto la quería mucho. Pero ¡Qué deprimente era pensar en aquello!



Minho ya tenía a quien querer, mientras él estaba ahí hundido en la tristeza y la miseria que le provocaba pensar que no era él a quien iba dirigido ese cariño.




— Hijo, ¿Te sientes bien? Ya es casi mediodía… inquirió el padre de Kibum, entrando a su habitación.


— No papá, no me siento bien. No quiero levantarme, no tengo nada qué hacer, así que por favor déjame estar en la cama ¿sí? — pidió el rubio, cubriéndose hasta la cabeza con las cobijas.


— ¿Tomaste tus medicinas?—


— Sí papá — mintió el rubio. — Sólo quiero descansar…


— Está bien. Voy a comprar algunas cosas y luego voy a casa de tu tío a ver un partido de fútbol. Regreso en la noche, así que pórtate bien, come tu comida y toma tus medicamentos. — instó el señor, acariciando la rubia cabellera que era lo único que podía ver.




Más tarde, Kibum seguía dormitando en su cama. No podía dormir pero tampoco quería despertarse del todo. El sonido del timbre se oyó por toda la casa, sonó una, dos, tres cuatro, cinco veces y el rubio harto de aquel sonidito molesto se levantó de la cama para ver de quien se trataba.


Por la ventana que quedaba junto a la puerta, pudo ver que se trataba de su primo con su amigo Jinki:


— Hola Kibum… tu padre nos encontró en la calle, nos dijo que estabas triste. Así que venimos a ver lo que te sucede — se introdujo Jonghyun, cuando Kibum abrió la puerta.

  
— Ah… — fue lo único que respondió el rubio, dejándolos pasar.


— Entonces si pasa algo… ¿Qué pasó con Minho? — preguntó intuyendo cuál era el problema.

Kibum no respondió y se sentó en un sillón de la sala encogiendo sus piernas hacia su pecho.


— Cuéntanos Kibum, sabes que puedes decirnos cualquier cosa…— pidió Jinki, sentándose junto al rubio.


— Pasa que no quiero volver a verlo, ayer me dijo que no me enamorara de él porque no le gustaban los chicos y menos los de mi tipo, o sea raros que pueden tener bebés.


— Pero ¡Qué idiota! — se sobresaltó Jinki. — ¿¡Quién diablos se cree para decirte lo que tienes o no que hacer!? Además ¿Cómo se dio cuenta que gustas de él?—


— No sé, tal vez fue algo que hice o dije sin querer. Hasta su madre se dio cuenta… dijo que podríamos hacer una bonita pareja… — contaba triste el rubio.


— Por lo menos tienes de tu lado a tu suegra — bromeó Jonghyun.


— Y de qué me sirve eso si a Minho no le gusto, además tiene novia y ahora mismo debe estar con ella — el tono de Kibum mostraba el disgusto que le provocaba pensar en aquello, en que alguien más estaba junto a la persona que quería.


— ¿Tiene novia? Si hubiera sabido eso, nunca te hubiera persuadido para que le des clases— mirando algo disgustado a su novio, preguntó: — ¿No te lo dijo tu amigo Joon?, es obvio que a la estúpida rana no le gusta mi primo y no me gusta nada que lo maltrate y le diga cosas hirientes…


— ¡No le digas así! — defendió Kibum a Minho. — Además no soy un niño chiquito para que me protejas.


— Joon no me dijo nada respecto a eso, tal vez porque pensó que eso a mí no me incumbía o afectaba. De todas formas, creo que lo mejor será que le sigas dando clases — Kibum quiso interrumpirlo, pero Jinki le tapó la boca con la mano. — Escúchame, sigue dándole clases, pero… vamos a probar si de verdad no le gustas un poquito siquiera…






A Kibum no le gustó lo que tenía que hacer para probar si Minho no sentía nada por él.


El lunes, cuando llegues a la escuela, seguramente muchos chicos y chicas se fijarán en ti, estás hermoso, así que les sonreirás y saludarás coquetamente. Esta vez, cuando veas a Minho acercarse, no huyas, no te escondas, pasa a un lado de él, ignóralo y al mismo tiempo saluda a algún chico que se haya fijado en tu excelsa presencia. Nosotros nos encargaremos de observar todo y luego te diremos cuál fue la reacción de Minho…


“¿Nosotros?” — había interrumpido Jjong.


— Si, tú y yo — le debemos esto a Kibum…, dijo Jinki mirando suplicante a su novio.


“Está bien”— se había resignado su primo.


Y ahí estaba Kibum, era lunes por la mañana y esperaba que Jinki le diera la señal para que comenzara con el plan. A lo lejos vio acercarse a Minho enseguida le llegó un mensaje de texto de Jinki, informándole que debía avanzar. Así que con una exhalación profunda caminó en dirección a Minho.


Minho vio a Kibum en frente suyo, el rubio se veía muy guapo y venía muy sonriente. Minho pensó que se acercaba hacia él, pero en el momento en el que iba a saludarlo, el rubio pasó de largo. Sorprendido por haber sido ignorado por Kibum, el alto regresó su mirada para mirar a quien saludaba el rubio. No supo exactamente lo que sintió al ver aquella escena en la que un muy lanzado Kibum coqueteaba con un chico de último año. Se quedó un momento observando a aquel par, pero decidió que el que Kibum coqueteara o se involucrara con algún chico no era su problema. Así que dándose la vuelta siguió caminando hacia su salón.




Apenas vio que Minho dejó de mirarlo, Kibum se despidió rápidamente de aquel chico, ¿Cómo se llamaba? Ah sí… Siwon. Trató de correr hacia su salón, pero Siwon lo detuvo: — Oye, el viernes los de sexto vamos a jugar fútbol con los de quinto, si puedes… me gustaría que vinieras, será en las canchas del colegio.


— ¿Con los de quinto? — Preguntó Kibum, seguro que Minho jugaría también… — Claro, ahí estaré — respondió sonriente el rubio.






— ¡Me impresionas, primito! — exclamó Jjong, una vez que estuvieron en el receso. — Yo que tú, me olvidaría de Minho y me quedaría con Siwon, es considerado el chico más guapo del último año, muchos se pelean por conseguir una cita con él, y tú vas, lo saludas y le sonríes y consigues una cita más rápido de lo que canta un gallo.


— Solamente lo hice para que Minho nos viera, no me interesa el resto — aseguró enojado el rubio. — Y si acepté ir al partido el viernes fue porque seguramente Minho estará ahí y quiero verlo jugar, eso es todo.


— Sabes Kibum, yo te diría lo mismo que Jjong si tuviera la certeza de que no despiertas nada en Minho. Pero no es así, la cara que puso cuando lo ignoraste y fuiste a hablar con Siwon no se me olvidará nunca. Fue como si se sintiera enojado, decepcionado, impresionado… pero creo que también le dolió que lo ignoraras. Si no le interesaras, le hubiera dado lo mismo si le saludabas o no…


— Hola, ¿De qué están hablando? — irrumpió Taem acompañado de Suzy, para luego sentarse al lado de Jonghyun.


— Del interesante triángulo amoroso entre Siwon, Kibum y Minho — respondió sarcástico Jonghyun.


— ¿En serio? ¿Y desde cuando el tal Siwon está en la ecuación? — inquirió divertido Taem.


— Desde que Kibum lo utiliza para darle celos a Minho — dijo Jonghyun.


Kibum y Jinki le fulminaron con la mirada, pero después comenzaron a contarle a Taemin y Suzy todo lo que había pasado el fin de semana y esa mañana.


— Así que Minho si siente algo por Kibum… — más que pregunta fue una afirmación de Taemin.


— Yo digo que sí, y que Kibum no debe darse por vencido, después de todo si la madre de Minho dijo que él está con su novia solo por el sexo, no se trata de una relación seria y sólida . — adujo Jinki seriamente.


— Bueno, si él está con esa chica sólo por el sexo… tú Kibum, también podrías darle lo mismo — sugirió Taemin muy en serio.


— ¡¿Qué?! — gritaron los demás presentes al unísono, sorprendidos por la sugerencia de Taemin, quien lo viera, tan joven y tan… sincero.


— Pues sí, Kibum está enamorado de Minho, no creo que sea un sacrificio acostarse con él. Y además podrá demostrarle a Minho que puede darle todo lo que necesite… mi hermano Heechul dice que el sexo es mejor con chicos, así que no le veo el problema…


—¿Te das cuenta de lo que dices Taem? — le preguntó Suzy. — Estás sugiriendo que Kibum se convierta en… la puta de Minho — dijo la chica algo avergonzada por sus palabras.


Todos estuvieron de acuerdo con aquel comentario a excepción de un rubio, que creía que tal vez esa sería la única manera de acercarse a Minho.


— Lo voy a hacer. — afirmó Kibum y en aquella mesa se instauró un silencio sepulcral.


— No hablas en serio Kibum ¿verdad? — quiso saber Jonghyun algo asustado.


— Sí, lo hago. Taem tiene razón, para mí no sería ningún sacrificio acostarme con él, es más, lo deseo más que a nada en el mundo. Estoy enfermo y no sé cuánto tiempo estaré estable o cuando necesitaré un trasplante de riñón o si funcionará. Y si él no me rechaza, quiero hacerlo, ahora que me siento relativamente bien. Voy a vivir el momento, después ya veré lo que hago. — aseguró Kibum determinado, decidido al cien por ciento.




Después de eso, nadie se atrevió a rebatir la decisión de Kibum, ya le habían dicho cientos de veces que su enfermedad no era tan fatal como él pensaba, pero cuando se trataba de su enfermedad, Kibum era muy terco.




Minho estaba en su habitación haciendo sus tareas cuando se le vino a la mente que pronto Kibum vendría a darle clases. Y también pensó que la actitud del rubio en el colegio había sido muy extraña. Él había pensado que Kibum era un chico tierno, dulce y muy tímido. Pero lo que vio en la mañana, le hizo cambiar de opinión y reafirmar los prejuicios que tenía acerca de los chicos como el rubio.


Minho pensaba que al igual que su padrastro, el rubio de seguro se acostaba con cualquiera, sin respetar si estaba comprometido o no. Así como su padrastro, debía estar buscando un hombre al cual seducir y adjudicarle un hijo. Seguramente, el afortunado era Choi Siwon, el chico con el que le había visto conversar tan sonriente por la mañana. El rubio se veía tan sensual, tan coqueto y tan… ofrecido, que a Minho se le revolvió el estómago, pero no supo en ese momento exactamente por qué.




Y Minho quedaría aun más sorprendido al observar la actitud con la que le trató el rubio cuando llegó a darle clases. Kibum seguía siendo amable con él, pera ya no hubo sonrisas ni conversaciones que no formaran parte del currículo académico que debía estudiar. Normalmente el lunes, el rubio se quedaba hasta las ocho, pero ese día apenas terminaron de estudiar, Kibum tomó sus cosas y se marchó. Su madre también notó el cambio y lo miró como si hubiera hecho algo muy reprobable.


— ¿Ves Minho? Ese chico es alguien muy especial y por tus prejuicios ya no quiere saber nada de ti — le reprochó la señora con el ceño fruncido.




Minho nada dijo. Lo hubiera negado, hubiera dicho que no le importaba si Kibum se distanciaba de él. Hubiera dicho que no extrañaría al Kibum sonriente y conversador. Pero sí lo haría, le importaba que Kibum no fuera el mismo de siempre y se asustó al darse cuenta que aquel chico que apenas conocía hacia unas semanas era más especial para él de lo políticamente correcto.




Y esa fue la dinámica de toda la semana: Kibum llegaba a la casa de Minho a las cinco de la tarde, le daba las clases hasta las siete y se marchaba enseguida. Para el jueves, Minho estaba harto de que Kibum se comporte tan distante con él y le reclamó:


— Kibum, me puedes explicar ¿Por qué te comportas de esa manera? — le preguntó lo más calmado posible.


— ¿De qué manera? — contestó Kibum fingiendo demencia.


— Así, tan serio, tan formal…


— Me dejaste claro, que no querías que me enamora de ti. Por eso estoy poniendo mi distancia para que no malinterpretes mis gestos o mi manera de actuar. Vengo aquí para ayudarte con un par de materias y es lo único que haré. — respondió lacónico Kibum. — Y por cierto, mañana no podré venir a darte clases, seguro tú tampoco podrás recibirlas si es que vas a jugar fútbol contra los chicos de sexto… de todas formas, alguien me invitó a ir y después iremos a comer algo, por eso, nos veremos el lunes… Hasta entonces, Minho. Me voy — finalizó el rubio tomando su bolso para salir de aquella casa.


— Claro, seguro después irán a un hotel — espetó venenosamente Minho. Kibum regresó a verlo. — Choi Siwon, es todo un semental, se dice que se ha cogido a la mayoría de chicos del colegio… seguro tú quieres probar ¿Cierto? — inquirió despectivo el alto.


— Sí, quiero probar. Siwon besa muy bien seguro que en la cama es mejor. —  indicó el rubio mirando desafiante a Minho. No había besado a Siwon, pero no iba a dejar que Minho lo menospreciara.


— Y así mi madre te defiende y dice que eres un chico especial… sí, eres igual de especial que mi padrastro. Un cualquiera que va de cama en cama, buscando que le hagan un hijo. — Kibum se le acercó intempestivamente y le dio una bofetada que al alto le dolió, pero no tanto físicamente sino en el alma.


— Eres un imbécil, Minho — exclamó con odio Kibum antes de salir de esa casa.




Cuando Jinki le sugirió que se portara indiferente con Minho, nunca pensó que todo resultaría de esa manera. Después de que el rubio dijera que quería acostarse con Minho, Jinki le había aconsejado que no se precipite, que si iba y se ofrecía en bandeja de oro, el alto pensaría que era un cualquiera. Pero al fin y al cabo, ¿De qué había servido el ser indiferente en vez de decirle a Minho que quería acostarse con él, como lo había planeado? Al final, Minho le había insultado de todas formas, y ahí, en el baño de su habitación, lloró, lloró mucho al pensar que el alto lo consideraba un cualquiera. Y todo por conversar con Choi Siwon. Ya no tenía ganas de ir a ese estúpido partido. Ni siquiera quería ir al colegio, lo único que quería era dormir y olvidar esas hirientes palabras provenientes de la persona que quería.






Al día siguiente, Kibum amaneció mareado, con nauseas y con los pies hinchados. Sabía perfectamente que se debía a que otra vez se había olvidado de tomar sus medicamentos, aunado al dolor de su corazón debido a lo ocurrido con Minho la pasada noche, se sentía fatal.


De verdad que no quería levantarse, pero sabía que su padre le pediría explicaciones y no quería dárselas, así que valientemente se levantó de la cama, bajó a desayunar con una sonrisa fingida en el rostro, se bañó, se vistió de mala gana y se fue al colegio.


— Pero ¿Qué te pasó Kibum? — preguntó Jonghyun cuando lo vio entrar al salón con unas ojeras gigantes y la nariz roja, además que lucía como el viejo Kibum, no como el chico sexy que ahora era.


— Nada, me siento mal, eso es todo — respondió el rubio despreocupadamente.


— ¿Tomaste tus medicamentos?—


Al recibir silencio por respuesta, Jonghyun supo que la respuesta era no. — Se puede saber, ¿por qué no los has tomado? — otra vez silencio — Ah, lo mismo de siempre, Choi Minho. Quiero saber que fue lo que te hizo o dijo esta vez — ordenó furioso Jjong.


Después de un largo suspiro y sólo silencio de parte del rubio, Jonghyun continuó hablando —: Si hubiera sabido que te iba a hacer daño acercarte a Choi, nunca te hubiera obligado a que cambies tu imagen para que conocieras a ese idiota, mucho menos hubiera aceptado que le des tutorías. Creo que lo mejor es que dejes de verlo, a este paso, vas a terminar en el hospital…


— Esta tarde, iré al partido de fútbol, será la última vez que lo vea. No pensaba ir, pero quiero que me mire y sepa que no me afectó lo que me dijo.—


— ¿Qué fue lo que te dijo? — inquirió Jonghyun sobresaltado.

— Cree que soy un cualquiera, le dije lo de la invitación de Siwon, y concluyó que me iba a acostar con él…

— ¡Lo mato!¡Lo mato!— gritó Jonghyun levantándose de su asiento y dirigiéndose a la salida del salón, pero afortunadamente Jinki venía entrando al mismo, detuvo a su novio de los hombros y le pidió que se tranquilizara.


— Ya Jjong, explícame que pasó — pidió Jinki, abrazando a su novio.


Después de explicarle todo lo que había sucedido, Jinki fue el que quiso matar a Minho, pero Kibum lo detuvo.


— Basta, nadie irá a matar a Minho. Ya le dije a Jjong que esta tarde sería la última que lo vería. Es más, ahora mismo llamo a su madre para decirle que ya no iré a darle tutorías a su hijo — decidió el rubio, sacando el celular de su bolso.




Durante la llamada, la madre de Kibum, le había pedido que reconsiderara su decisión, pero no pensaba hacerlo. Estaba descuidando su frágil salud por pensar y preocuparse por Minho, pero ya no más, estaba muy herido por las palabras del alto, así que no había marcha atrás.




Minho estaba arrepentido por lo que le dijo a Kibum. Sabía que lo había lastimado con sus palabras, pero cuando el rubio mencionó que lo habían invitado al partido y que luego iría a comer con esa persona, algo en su interior se retorció y dolió. Cuando le confirmó que había besado a Siwon y que quería tener sexo con él, fue peor, sintió su cuerpo arder y algo dentro de él se rompió.


Aún no sabía lo que todos esos sentimientos significaban, o se negaba a reconocerlo, pero sí sabía que no quería que Kibum estuviera enfadado con él. Por eso estuvo buscándolo por todos lados durante el receso, pero no lo encontró. Y se desesperó aún más, al pensar que quizá estaría con Siwon en algún lugar de ese inmenso colegio. No, no reconocería aún sus sentimientos, pero con sólo pensarlo estuvo a punto de golpear y maldecir al primero que pasara cerca de él.






Las clases de ese día ya habían pasado, eran las cuatro de la tarde y estaba a punto de comenzar el partido. Kibum llegó a los graderíos de la cancha acompañado de su primo y el resto de sus amigos. Ahora, gracias a Suzy que lo ayudó a maquillarse y arreglar su cabello, el rubio se veía deslumbrante, con sus ojos felinos perfectamente delineados y sus acorazonados labios rosas, se sentía seguro y quería demostrarle a Minho  y a todos que nada lo quebraría, aunque fuera sólo en apariencia.




Minho estaba en la cancha practicando sus tiros cuando vio llegar a Kibum, no supo si sentirse enojado o contento. Le enojaba que estuviera ahí por invitación de Choi Siwon, pero le gustaba que fuera a ver el partido, al menos así tendría la oportunidad de disculparse. Luego, observó cómo Siwon se acercaba a saludar al rubio. Le enfadó que Kibum respondiera sonriente y coqueto… Pero ¡En qué diablos pensaba! A él le importaba un comino lo que hicieran ese par. Enojado consigo mismo comenzó a practicar pases con sus amigos del equipo.




Kibum estaba fastidiado, ya quería marcharse de aquella cancha. Nunca le gustaron los deportes, ni verlos ni practicarlos y si iba a los partidos de la escuela y del intercolegial era por Minho, porque disfrutaba verlo jugar, se alegraba cuando lo veía feliz por haber ganado y tenía ganas de abrazarlo cuando perdía y veía su tristeza.
Pero ahora que no estaba ahí por Minho, no tenía sentido ver aquel juego. Varias veces miró al alto, pero enseguida volvían a su mente las duras palabras que le había dicho y entonces tenía ganas de salir corriendo.


El suplicio de Kibum terminó luego de media hora más. El equipo de quinto había ganado el partido, Choi Minho había anotado dos goles. Kibum tenía toda la intención de levantarse e irse, pero Choi Siwon se le acercó, todo sudado y cansado, le pidió que le esperara un momento. El rubio no quería ser grosero y después de todo se sentía culpable por utilizarlo para llamar la atención de Minho, por eso aceptó.




Minho salió presuroso de los camerinos en búsqueda de Kibum, si iba a salir con Siwon debía estar por algún lugar cerca de la cancha esperándolo, y no se equivocó. Lo vio ahí, en los graderíos, donde aún permanecían algunos chicos, el problema era que Kibum estaba con sus amigos. Pero decidido a disculparse con el rubio, caminó hacia él.


— ¿Podemos hablar, Kibum? — pidió mirando al rubio.


— El nada tiene que hablar contigo, Choi. Así que vete por donde viniste. — dijo Jonghyun hoscamente.


— Por favor — pidió nuevamente Minho, sin quitar la vista de Kibum.


Kibum se dio cuenta que no podía negarse a la petición de Minho. Se odió por ser débil ante él —: Está bien, vamos. — dirigiéndose a sus amigos, dijo: — No se preocupen, regreso en un momento. Si viene Siwon, le dicen que no me demoraré.




Minho llevó a Kibum, detrás de la cancha, en donde no había gente que los interrumpiera.


— Sé que me porté muy mal contigo, Kibum. Por eso, perdóname. No tenía derecho a decirte que eres un cualquiera.


— ¿Y con eso se soluciona todo? Con una simple disculpa…


— Si, lo sé. Es algo muy insignificante que me disculpe, pero en verdad lo siento. No sé qué me pasó… solo con pensar que te verías con Siwon, no sé exactamente lo que sentí, pero no me agradó nada que fueras a tener una cita con él. — dijo con la cabeza gacha el alto.


Kibum se sorprendió por esa declaración, una pequeña esperanza creció en su corazón —: Y… ¿Por qué sentiste eso, Minho? — inquirió nervioso el rubio.


— No lo sé, de verdad que no. Pero sé que no debería sentir eso. Tú tienes derecho a salir con quien quieras, ahora mismo Siwon te está esperando. Ya no te entretengo más.


— Sí, mejor me voy. Adiós Minho. — se despidió Kibum desilusionado, alejándose del alto.


Pero Minho, no quería que se fuera y mucho menos para verse con Siwon. Así que sin pensarlo dos veces, tomó la mano de Kibum, lo atrajo a su cuerpo y sin decir una palabra más, atrapó los labios de Kibum en un beso desesperado, ardoroso.



Kibum correspondió enseguida, era su primer beso, pero a él no le podían acusar de lento. Minho lo estaba besando y él no pensaba desperdiciar su primer beso, así que cómo pudo siguió el necesitado ritmo de los labios de Minho, quien delineó con su lengua los labios del rubio, pidiendo permiso para entrar en su boca, el rubio gustoso la abrió, para que Minho hiciera lo que quisiera con esta, mientras acariciaba con sus manos los suaves cabellos oscuros del alto.



Estuvieron unos minutos así, besándose, entregándose a ese dulce e intimo acto. Pero el aire les hizo falta y se separaron sin querer.

Mirándolo a los ojos, Kibum creyó ver en los orbes del otro arrepentimiento.


— Me tengo que ir — dijo un muy sonrojado Kibum, no quería que el alto le dijera que había sido un error, así que huyó presurosamente.
 
NOTA: Perdón por la tardanza. ;)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mari~
OMG!!! Quiero saber que pasa en el proximo cap , y saber lo que piensa minho -estoy que grito de ka emoción- :DDDDD
Espero que puedas actualizar mas rapido :)

Alessa dijo...

Muchas Gracias por leer y comentar!! Minho es un revoltijo de emociones... veremos qué pasa... Saludos!!

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