No te enamores de mí (Cap 12)

Hola!! otra vez tarde como siempre :(  El capi está un poquito largo, así que cuando pase el tiempo he puesto una linda canción de uno de mis grupos favoritos forever :) El video del inicio lo pongo porque me gusta la canción y sip ya saben... soy una romanticona.
Muchas gracias a mis hermosas lectoras que comentaron, ya saben que las amo <3 por eso el capi va dedicado a: Ji Sang Song, Sofía, Mari, ShawoV.I.P y especialmente a Anónimo porque este es uno de sus fics favoritos XD

CAPÍTULO 12


El último semestre del colegio estaba por terminar, faltaban dos meses para que los alumnos de último año culminaran esa etapa académica de sus vidas e iniciaran una nueva.
Ya habían rendido exámenes para entrar a la Universidad, todos excepto Jinki que había decidido esperar hasta el próximo año para hacerlo, debido a que estaba a punto de dar a luz y luego quería dedicarse de tiempo completo al cuidado de su bebé. Jonghyun, Taemin y Suzy iban a ingresar en una universidad de Artes Escénicas, mientras que Kibum había aprobado para entrar en la Universidad de Seúl para estudiar Medicina y aunque era lo que siempre había querido, esto implicaba que tendría que separarse de Minho ya que él se iba a la Universidad de Daejeon.
Minho le había asegurado que nada cambiaría entre ellos, que haría todo lo posible para viajar a Seúl todos los fines de semana y los días festivos. Pero a pesar de las palabras de su novio, Kibum estaba muy inseguro y triste por tener que separarse de él durante cinco años, que era el tiempo que duraba la carrera que estudiaría el alto.
Ahora mismo discutían acerca de cómo Kibum consideraba que Minho lo olvidaría cuando se fuera a Daejeon. Estaban en el auto de Minho, el cual se lo había dado su padre como regalo por haber conseguido la beca de fútbol y también por la graduación del colegio, que aunque aún no sucedía estaba a la vuelta de la esquina. Iban camino a Daejeon, a visitar al padre de Minho y también porque Kibum quería conocer la Universidad en la que su novio estudiaría.
—El otro día… Suzy me mostró fotos de las animadoras de esa universidad a la que vas a ir… y son muy lindas, Minho. Seguro alguna se te va a pegar y a ti te va a gustar…
—Bummie, ¿Qué tengo que hacer para que confíes en mí?—le preguntó Minho muy exaltado. Apretando más de lo debido el volante, porque Kibum insistía en decir que él se iba a fijar en alguien más—. Para mí, no hay nadie más hermoso que tú… no creo que alguna de esas animadoras sea mejor que tú… además, aquí hay chicos y chicas muy lindas también, pero yo decidí que eras tú al que quería y créeme Kibum, no me han faltado propuestas…
—¡No quiero saber eso, Minho! No me interesa saber cómo es que cada día hay alguien dispuesto a ofrecérsete…
—Tú comenzaste con eso —le respondió exasperado—. Sólo… por favor, confía en mí, bebé… no me voy a fijar en nadie porque te tengo a ti, y tú eres todo lo que quiero —aseguró más calmado.
—Yo confío en ti… pero en este mundo hay personas tan desvergonzadas… y no dudo que alguna de esas quiera aprovechar que tú estarás solo en esa Universidad… —rezongaba el rubio, haciendo un puchero con sus labios.
—Ni siquiera voy a tener tiempo de fijarme en nadie… entre la carrera y los entrenamientos de fútbol no creo que pueda salir mucho.
—Mejor así—determinó Kibum cruzando los brazos.
Después de unos minutos en silencio, fue el mismo Kibum el que decidió disolver el ambiente incómodo por la discusión antes mantenida, y lo hizo de la forma más sencilla pero contundente: —Te amo, Minho. No quiero que lo olvides nunca —expresó, tomando la mano que su novio no estaba utilizando en ese momento para conducir.
—Yo también te amo, gatito. No lo dudes nunca. —expresó el alto, mirando por un instante a Kibum y apretándole la mano con cariño.
El gesto fue interrumpido por el sonido de llamada entrante del teléfono de Kibum. Quiso saludar a su primo quien era el que llamaba pero éste no lo dejó hablar. Jonghyun estaba muy eufórico debido a que hace unos minutos había nacido su hijo. Los dolores de parto habían sobrevenido a Jinki desde el día anterior y por fin aquel día, a las ocho de la mañana dio a luz a un pequeño niño con el peso y talla un poco bajos; pero los doctores habían dicho que no era algo grave y que con unos días en la incubadora estaría bien. Todo aquello se lo contó su primo a un ritmo frenético.
Kibum le preguntó por qué no les habían avisado la noche anterior que Jinki estaba en labor de parto, su primo le contestó que el chico sabía que iban a viajar a Daejeon y no había querido que cambiaran sus planes por él.
—Sabes que no nos hubiera importado suspender el viaje, Jonghyun—le reprendió el rubio, había puesto el altavoz en el teléfono para que Minho pudiera escuchar y hablar también.
—Kibum… tú conoces a Jinki. Yo estaba a punto de llamarte pero Jinki me dijo que no lo hiciera, que ustedes debían viajar y que le bastaba con que su madre y yo estuviéramos con él.
Kibum suspiró, le hubiera gustado estar con Jinki cuando diera a luz. Pero sabía que Jinki era como su hermano mayor… o mejor dicho como su madre y que anteponía las necesidades de otros a las suyas.
—Está bien, Jong. Pero mañana regresamos y tengo que ir al hospital por el tratamiento, así que de paso vamos a ver a mi sobrinito y a su padre —le informó el rubio. Minho asintió.

Llegaron a la casa del padre de Minho a las diez de la mañana. El esposo del Señor Choi fue el primero en recibirlos con una gran sonrisa, incluso los invitó a desayunar aunque ya lo habían hecho en el camino. Era la primera vez que se veían en persona, en alguna ocasión conversaron por teléfono pero solo habían hablado de cosas superficiales.
Kibum tenía la idea de que, por la forma en la que lo había descrito,  el padre de Minho era un hombre severo, pero lo cierto era que el Señor Choi era una persona muy amable y hasta cierto punto consentidora, solo había que ver como trataba a su pequeño hijo e incluso la manera en la que conversaba con Minho.
El esposo del señor Choi, en cambio…le había dicho que tenían que conocerse mejor, porque la impresión que tenía de Kibum era la de un chico frío y egoísta, que había hecho sufrir a su hijastro, al cual apreciaba mucho. Kibum le había pedido disculpas por sus mentiras y le había contado todo lo que había pasado en detalle. Luego de aquello, el padrastro de Minho se había quedado más tranquilo y le había dicho que esperaba que su relación durara mucho.
Aquellas palabras las había escuchado el hermanito de Minho, quien siendo un niño muy vivaz y curioso no pudo evitar preguntar lo siguiente—: Entonces, ¿Te vas a casar con mi hermano?—el niño se acercó a Kibum, quien permanecía sentado en la mesa de la cocina mientras ayudaba a picar algunas verduras para la sopa del almuerzo.
Ante la pregunta, Kibum abrió los ojos a más no poder y luego sonrió tiernamente, decidió decirle cuál  era su sentir al respecto—: Si dependiera solo de mí… sí—dijo risueño. Y dirigiéndose al padrastro de Minho, quien estaba parado frente a la estufa, confesó—: Sé que somos jóvenes, pero Minho para mí… es el único y si él me lo pidiera yo estaría dispuesto a eso y mucho más. Incluso pensé en transferirme a la Universidad de aquí, pero no quiero que se sienta presionado o que crea que lo estoy persiguiendo —declaró el rubio—. Creo que estos años que estaremos separados nos servirán para madurar y serán como una prueba de fuego para que Minho esté seguro de que me ama.
—¿Sólo para él, Kibum? ¿Qué pasa si en estos años conoces a alguien especial?—inquirió el padrastro de Minho, interrumpiendo el meneo de un refrito en un sartén.
—Yo… estoy seguro que mis sentimientos no cambiarán por nada ni nadie. He estado enamorado de Minho desde que entré en el colegio y por mi estupidez ya estuvimos unos meses separados y fueron los peores de mi vida, así que sí. Yo lo amo y eso no cambiará—aseguró determinante el rubio.
—No puedo meter las manos al fuego por Minho, pero creo que si algo demuestra cuanto sufrió por ti el tiempo que se separaron, eso es que él te ama con la misma intensidad—adujo el padrastro—. Me alegra que haya encontrado a alguien como tú. —concluyó, sonriéndole.
—Entonces ¿Se van a casar o no?—volvió a preguntar el pequeño.
Su padre le iba a contestar, pero antes de que lo hiciera entraron a la cocina su otro padre y Minho.
—¿Quién se va a casar?—preguntó el Señor Choi, acercándose para cargar a su hijo, que aunque ya tenía siete años seguía siendo pequeño.
—Nadie… pero al parecer tu hijo menor quiere que su hermano y Kibum lo hagan.
Minho sonrió ante esa explicación y abrazando a su novio, contestó—: Todavía falta mucho para eso, tal vez cuando nos graduemos de nuestras respectivas carreras, lo pensemos…
—¿Pensarlo, Minho? No creerás que te voy a esperar toda la vida— repuso Kibum, algo molesto por esa respuesta.
—Bummie… no creo que a tu padre le vaya a gustar mucho que nos casemos antes de que termines la especialidad en medicina que elijas y creo que para eso faltan como siete u ocho años.
—Mi padre nada tiene que ver en que decidamos casarnos, te lo digo desde ya. Yo lo amo pero a veces es muy controlador y aunque él quiera verme graduado como médico, todos aquí sabemos que la carrera es larga y yo no pienso esperar tanto para formalizar contigo —le dejó claro el rubio—. Espero que cuando termines tu carrera, al menos pueda tener un anillo de compromiso.
—Está bien. Será como tú quieras —consintió el alto, besando levemente la mejilla del rubio y pensando que tendrían que hablar para aclarar ese asunto.
—Kibum me ha dicho que pensó en cambiarse a la Universidad de Daejeon, ¿A ti te hubiera gustado? —intervino el padrastro del alto, dirigiéndose a Minho.
—Sí. Pero ya lo hablamos y creemos que es mejor dejar las cosas como están, además… yo me hubiera cambiado de Universidad de haber podido, pero la beca es específicamente para Daejeon, así que no me queda de otra que ir todos los fines de semana a Seúl para visitarlo.
—Además, en Seúl está mi padre… y todavía no quiero dejarlo solo. Me sentiría más tranquilo si se consiguiera una novia o un novio, pero desde que mi madre nos dejó no ha tenido nada serio—confesó Kibum.
—Lo siento, Kibum. No sabía que tu madre había muerto… —dijo el padre de Minho.
—No, ella no está muerta. Nos abandonó a mi padre y a mí cuando yo tenía seis años —confesó de nuevo el rubio; pero en su rostro y tono de voz no se notaba tristeza o resentimiento, simplemente lo expresó como una verdad absoluta. Minho también lo había notado cuando se lo dijo a él, le había preguntado a qué se debía y Kibum había contestado que no la extrañaba, porque su madre no lo había querido y que más bien, había sido un alivio cuando se fue—. Pero no se preocupen, no me afecta, nunca me ha afectado… mi padre y yo lo hemos hecho muy bien solos—aclaró cuando vio las miradas afligidas del padre y padrastro de Minho.
Después de lo dicho por Kibum, decidieron ayudar todos en la preparación del almuerzo mientras bromeaban o comentaban cómo sería para Kibum y Minho ir a la Universidad.

Más tarde, después de almuerzo, fueron hacia el campus de la Universidad de Daejeon. A Kibum le hubiera gustado ver más detalladamente el lugar, pero era sábado por la tarde y las instalaciones estaban cerradas y solo habían unos pocos alumnos transitando por los alrededores.
Luego de permanecer un par de horas dando vueltas por los edificios y espacios verdes de la universidad, partieron de vuelta a la casa del padre de Minho. Pasaron la noche allí y en la mañana volvieron a Seúl.
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Es increíble lo rápido que pasa el tiempo cuando no quieres que lo haga.
Para Kibum, la graduación del colegio llegó en un abrir y cerrar de ojos. E igual de rápido pasó el mes de vacaciones antes de comenzar la Universidad.
Aquel mes había sido muy especial para el rubio. Porque había pasado todo ese tiempo con Minho, literalmente. Minho había convencido al padre de Kibum para que lo dejara quedarse en su casa todo el mes. El señor Kim, dudó al principio pero aceptó cuando su hijo le pidió —con la mejor de sus caras de ternura e inocencia— que le permitiera ir a la casa de su novio.
La madre de Minho estuvo de acuerdo en que Kibum se mudara por todo un mes. A ella le encantaba que su hijo fuera novio del rubio, desde la primera vez que lo vio le pareció alguien lindo, de buenos sentimientos y que además amaba a su hijo. No pedía más, pero era realmente una bendición que el chico pudiera tener bebés; incluso ya se imaginaba lo hermosos que serían sus nietos. Así que por todo aquello, estaba muy complacida de que su hijo quisiera pasar el mayor tiempo posible con el rubio antes de partir hacia Daejeon.
Quizá, si hubiera sabido como aprovechaban las horas que pasaban solos en la casa, no hubiera estado tan feliz con aquella relación.

Gemidos y jadeos llenaban la habitación, estaban acostados en la cama de Minho; este detrás de Kibum quien mantenía una pierna sobre las de su novio para darle mejor acceso a su entrada.
—Ah…bebé, me vas a matar—jadeaba Minho perdido en la bruma de placer generado por la forma en que la entrada de su rubio se contraía.
—Minho…así…así—suspiró apenas Kibum, moviendo sus caderas al ritmo de las embestidas del miembro turgente que una y otra vez arremetía contra su punto dulce.
El alto tomó el miembro del rubio para acariciarlo de arriba abajo tratando de sincronizar los movimientos de su mano con sus embestidas, estaba a punto de terminar y quería que su rubio también lo hiciera.
—Voy…a… Ahh…— gritó Kibum, viniéndose en la mano del alto; quien con un par de embestidas más eyaculó también.
Minho besó a Kibum en el cuello mientras salía de su interior. Se levantó para desechar el condón y regresó a la cama. Kibum permanecía de lado y el alto aprovechó para besarle la espalda, era una de sus partes favoritas del cuerpo de su novio.
—Min… estoy muy cansado…no tengo fuerzas para hacerlo otra vez —murmuró el rubio, tratando de no dormirse.
—Solo estoy disfrutando un poco de tu cuerpo, Bummie— le contestó dejando de besarlo.
—Quisiera seguir… pero tengo mucho sueño—susurró el rubio, acomodándose en los brazos de Minho para dormir.
Minho lo abrazó y besó su frente; un bostezo se le escapó, él también estaba cansado. Después de todo, lo habían hecho dos veces aquella noche, la última noche antes de mudarse a la casa de su padre en Daejeon. Tal vez por eso, ese día Kibum había tratado de complacerlo en todo. Desde la mañana había estado más cariñoso de lo normal y apenas su madre  salió a trabajar en la tarde, Kibum se le había lanzado diciendo que quería hacer el amor.
Aquello había sido sorpresivo, porque era siempre Minho el que tomaba la iniciativa cuando quería intimar. Sin embargo esta vez, el rubio prácticamente lo había desvestido antes de llegar a la habitación y una vez ahí, le había besado y acariciado frenéticamente. Y no era que Minho se quejara por lo apasionado que había sido Kibum, pero sabía que aquel comportamiento se debía a que el rubio estaba inseguro y triste por su partida a Daejeon.
Para Minho también era difícil separarse de su novio, pero no podía desperdiciar la beca. Su padre le había dicho que él podía hacerse cargo de los gastos si quería transferirse a una Universidad en Seúl pero no aceptó porque aquella beca era algo que había conseguido gracias a su esfuerzo en el fútbol e incluso había trabajado duro para subir sus calificaciones siendo que ese era uno de los requisitos para acceder a la beca.
También lo había hablado con Kibum, y él había sido el primero en decirle que no debía rechazar la beca porque era algo que no todos conseguían, aunado a eso tenía la oportunidad de seguir jugando futbol que era algo que le apasionaba.
Sabía que iba a ser difícil ir y venir todos los fines de semana de Daejeon a Seúl y viceversa, también sabía que muchas veces no podría viajar debido a los entrenamientos y partidos de la liga universitaria de fútbol; pero iba a hacer hasta lo imposible por  ver a Kibum todas las semanas. Además todavía tenían el teléfono y el internet para comunicarse, eso al menos era un pequeño aliciente para no extrañarlo tanto.
La mañana llegó, era sábado y el reloj marcaba las ocho y cinco cuando Minho se despidió de Kibum. El rubio quería ser fuerte y no llorar, pero estaba muy triste por la partida de su novio y no pudo evitar derramar una que otra lágrima.
—No llores, amor… apenas llegue a la casa de mi padre te llamo y podemos hablar el tiempo que quieras—trató de consolar el alto, limpiando con sus dedos las lágrimas del rubio.
—Te voy a extrañar, Minho. Pero sé que es algo que tenemos que hacer…—dijo Kibum con la voz rota por el llanto.
—Ya me tengo que ir, Bummie. Pero quiero que me prometas que no vas a descuidar tu dieta y que vas a ir a cada una de tus citas con el médico—le pidió el alto, tomando con sus manos el rostro ajeno.
Aquella petición se debía a que, hace unos días, el médico del rubio había detectado ciertas anomalías en la evaluación de rutina, y era posible que tuvieran que cambiar el tipo de tratamiento para sobrellevar la enfermedad de Kibum. Como siempre, Kibum había renegado de su estado de salud, alegando que estaba harto de la diálisis y que no quería ningún tipo de tratamiento. Sin embargo, no había muchas opciones, o Kibum se sometía a diálisis o moría. Porque la otra opción era el trasplante de riñón, pero había una larga lista de espera y Kibum estaba muy abajo en ella, su padre había considerado donarle un riñón pero los exámenes habían arrojado como resultado incompatibilidad con el organismo de Kibum.

Esa reacción de Kibum le había preocupado a Minho. Él ya se había informado acerca de la enfermedad de su novio, lo que había leído no le había gustado pero había algo que se le había grabado en la mente y era que “era muy importante llevar una vida normal, lo más normal posible”. Por eso, Minho trataba constantemente de animar al rubio, apoyándolo mientras recibía su tratamiento y cuidándolo cuando se presentaban los efectos secundarios del mismo.
Esa era otra razón por la que Minho no había querido ir a Daejeon, la salud de su rubio era vital para él; pero de nueva cuenta… cuando había hablado de aquello con Kibum, este se había enojado, porque de ninguna manera quería ser un obstáculo en el camino de Minho. Le había dicho que él no sería un pretexto para que no cumpliera sus metas. Luego de aquellas palabras, Minho no dudó más.
—Te lo prometo… además el médico dijo que este tipo de diálisis era mejor para mí, así que me voy a adaptar. No quiero que te preocupes por eso, no voy a descuidar mi tratamiento—aseguró el rubio.
—Bien, me gusta escuchar eso. —dijo Minho, sonriendo y besando a Kibum en los labios. Lo besó larga y tiernamente, aquel era su beso de despedida—. Nos vemos el próximo sábado, bebé— y con aquellas palabras, se alejó de Kibum para entrar en el auto.
Kibum se quedó mirando por varios minutos como el auto de Minho se alejaba por la calle.



Aquel día, Jinhyun cumplía un año de edad. Sus padres sonreían mientras el pequeño trataba de soplar la vela de su pastel de cumpleaños mientras todos los invitados a la fiesta aplaudían y reían por tan tierna imagen.
Kibum, veía constantemente su reloj. Esperaba con impaciencia la llegada de Minho al departamento de Jinki y Jonghyun donde se celebraba el cumpleaños del hijo de la pareja. Era domingo por la mañana y se suponía que Minho debía llegar el sábado, pero una vez más, como sucedía últimamente, el alto viajaba a Seúl con un día de retraso. Los pretextos eran muchos: entrenamientos de última hora, trabajos en grupo, tareas atrasadas etc., etc.
Lo peor de aquello era que Minho solo permanecía en Seúl un par de horas, tiempo que a Kibum le parecía insuficiente para ponerse al día con su novio. Pero era mejor ese par de horas a nada, así que el rubio aprovechaba al máximo ese tiempo. Así como ese día, en el que esperaba que llegara para irse del lugar lo más pronto posible. Y no era que no quisiera pasar tiempo con Jinki, Jonghyun y su bebé; pero a ellos los veía casi todos los días.
Su teléfono celular vibró en el bolsillo de su chaqueta, Kibum lo tomó inmediatamente, sabiendo de antemano de quien era la llamada:
—Minho… ¿Dónde estás? Es casi mediodía y no llegas…
—Perdón, Bummie. En serio, perdóname… me quedé dormido. Ayer tuvimos practica en la noche y llegué muy cansado a casa, créeme que ni siquiera escuché el despertador—se excusó el alto.
—Está bien… ¿En cuánto tiempo llegas? —inquirió Kibum, algo irritado.
—No amor… no voy a llegar. Estoy en Daejeon, me acabo de despertar hace solo unos minutos—respondió el alto vacilante.
Minho no iba a llegar. Kibum no lo podía creer. Sabía que Minho estaba muy ocupado con sus clases y el futbol pero nunca, desde que comenzaron la Universidad, lo había dejado plantado. Pero pensándolo bien, era algo que se veía venir.
En las últimas semanas, Minho ya no había sido el mismo. Ya no hablaban por teléfono tan seguido, casi no se veían por chat y ahora, ese fin de semana no iría a visitarlo. No quería ponerse melodramático con algo que ya no tenía remedio y sabía que no serviría de nada reclamarle al alto, así que decidió que era mejor aparentar que todo estaba bien, que no importaba que no fuera a Seúl ese fin de semana.

—Ah…bien. No hay problema, entonces... nos veremos el próximo fin de semana ¿Cierto?
—Sí, Bummie… te prometo que el próximo sábado voy a estar muy temprano en tu casa… y podemos hacer todo lo que tú quieras —le contestó el alto.
—Está bien. Voy a colgar… Jonghyun quiere hablar conmigo —se excusó el rubio, antes de terminar la llamada, sin siquiera despedirse de Minho.

—No me utilices de pretexto para no hablar con Minho—le reprendió Jonghyun acercándose a Kibum, quien permanecía parado en una esquina de la sala de estar.
—Lo siento por involucrarte en esto, Jong. Pero no quería hablar más con él…
—¿No va a venir?
—No, dice que se quedó dormido… y ya no importa. Me voy a despedir de todos, quiero ir a casa a descansar… me duele la espalda, no amanecí muy bien que digamos.
—Tal vez haya algo raro en esa máquina, ¿Te aseguraste que estuviera calibrada de acuerdo a las indicaciones de tu medico?
—Todo está bien. Woohyun se aseguró que estuviera regulada de acuerdo a la prescripción. No se trata de eso, Jong. A veces me siento mal pero es algo hasta cierto punto… normal —alegó Kibum, alejándose de su primo para dirigirse hacia Jinki, quien estaba sentado en el sofá con Jinhyun en sus piernas.
La máquina a la que se refería Jonghyun, era una especial para el nuevo tipo de diálisis a la que se sometía Kibum cada noche. Antes de ir a dormir, Kibum conectaba su catéter al aparato y permanecía así durante toda la noche, en la mañana cuando despertaba, se desconectaba y podía ir a la Universidad normalmente. Aunque a veces era difícil, levantarse por los malestares producidos por el tratamiento. Con frecuencia, amanecía mareado, con dolor en la espalda o con el abdomen hinchado o adolorido. Pero enseguida trataba de reponerse, no obtenía nada lamentándose y permaneciendo en la cama; lo mejor era levantarse y enfrentar un nuevo día con la mejor de las disposiciones.

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Para Minho, la semana transcurrió entre las clases de la carrera y entrenamientos durante día y noche. Estaba por concluir el campeonato en la liga universitaria y su Universidad se disputaba un lugar en la final. El alto era un jugador muy valioso para el equipo universitario, en cada partido anotaba al menos un tanto. Pronto su fama de buen jugador se extendió por toda la Universidad, entonces aparecieron los y las admiradoras que le animaban en cada partido; incluso habían creado un club de fans en su honor. Aquello le había alagado sobremanera, y en serio agradecía la atención y dedicación de sus fans, pero era un poco extraño tener casi todo el tiempo atrás de él un séquito de chicos y chicas.
Había un chico en especial, que lo perseguía a sol y sombra. Era el presidente del club de fans y el animador principal de cada partido. Su nombre era Choi Minki. El chico cursaba, al igual que Minho, el segundo semestre de Arquitectura, eran compañeros de clase en todas las asignaturas y almorzaban en el mismo restaurant y en la misma mesa todos los días.
Minho creía que todo aquello era una coincidencia, pero no era así. Minki se había asegurado y utilizado ciertas influencias para coincidir en todos los lugares posibles con el alto. Sus amigos le decían que estaba loco, pero el chico respondía que todo era válido en la guerra y en el amor. Era irrelevante que el amor fuera unilateral.
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Era viernes por la noche y Minho se disponía a viajar a Seúl. Estaba cerrando su mochila de viaje cuando su teléfono celular sonó:
—Hola Minho… tienes que venir a la casa de Minki, la fiesta está muy entretenida —dijo la voz al otro lado de la línea. Se trataba de Nichkhun, mediocampista del equipo de futbol y uno de sus amigos en la Universidad.
—No puedo, estoy a punto de viajar a Seúl —le contestó Minho, tomando su mochila y saliendo por la puerta.
—Vamos, Minho. No te puedes perder esta fiesta… puedes viajar en la mañana—trató de persuadir Nichkhun.
—Kibum ha estado enojado conmigo toda la semana, casi no hemos hablado estos días… no quiero que la situación se ponga peor—se justificó el alto.
—Por favor, Minho. No te estoy pidiendo que no vayas, simplemente que retrases un poco el viaje… Mira, Minki es tu admirador número uno y quien más te anima en los partidos, el organiza todo para que haya carteles y globos y demás chucherías para alentarte… así que, creo que deberías retribuirle de alguna manera tantas atenciones.
Minho lo pensó, porque Nichkhun tenía razón. Minki siempre lo animaba y él nunca le había agradecido por ello. Suspiró profundamente antes de contestar—: Está bien, pero no voy a tomar una sola gota de licor, apenas la fiesta termine me voy a Seúl.
—Como quieras, hermano. Vas a ver que la fiesta vale la pena.
—Sí, lo que digas. Dame la dirección, voy para allá.

—Viene para acá ¿Contento?—preguntó Nichkhun, algo enfadado por tener que persuadir a su amigo para que fuera a aquella fiesta.
—Sip. Gracias—canturreó Minki, feliz por haber logrado que Minho fuera a su fiesta. Había tenido que sobornar a Nichkhun con una foto, una foto en la que se le veía besando a otra chica que no era su novia. Le había amenazado con entregar esa foto a su novia si no accedía a llamar a Minho. En cuanto el chico vio la foto, comenzó a marcar el número del alto.

Cuando Minho llegó a la fiesta fue recibido por un alegre Minki, que con mucha confianza lo tomó de la mano y lo llevó a la cocina de su casa. Enseguida le entregó un vaso con algún tipo de licor, pero Minho lo rechazó amablemente.
—Solo es cerveza, Minho— dijo Minki, tratando de convencer a Minho para que bebiera.
—Gracias, pero no. Tengo que conducir más tarde —se excusó el alto, en un tono amable.
—Es un poquito nada más —insistió el chico, haciendo un puchero y agitando las pestañas.
Minho amaba a Kibum, pero era humano y no inmune a los encantos de un lindo chico como Minki. Así que aceptó el vaso y bebió.
Minki sonrió de oreja a oreja. Después de todo, no había sido muy difícil convencer a Minho para que tomara la cerveza.

Beber de ese vaso no había sido una buena idea, porque unos minutos más tarde, Minho comenzó a sentirse mareado, vio a Nichkhun caminar cerca de la cocina, quiso ir a saludarlo pero todo se volvió negro.

Una vez que Minho cayó en la inconsciencia, Minki llamó a uno de sus amigos para que le ayudara a llevar a Minho a su cuarto. Cuando llegaron a la habitación, comenzó a desnudarlo mientras su amigo preparaba la cámara de su teléfono.
Minki se desnudó apresuradamente, se acostó encima de Minho y comenzó a besarlo, acariciando su pecho.
—Voy a envolver sus brazos en mi cintura, quiero que te apresures capturando el momento lo más rápido posible —le ordenó Minki a su amigo.
Minki hizo lo antes dicho y su amigo tomó rápidamente la foto, antes de que los brazos de Minho cayeran, laxos sobre la cama.
—Estás loco, Minki… espero que esto sirva para separarlo de su novio o si no; pobre de mí, porque voy a ser yo quien aguante tu mal humor.
—Se va a enfadar al principio, pero nunca voy a admitir lo que en realidad pasó. Voy a decirle que hicimos el amor. Ya verás que con el tiempo, entenderá que yo soy perfecto para él.
—¿No te da pena su novio? Imagínate que fueras tú quien recibiera esas fotos…
—No, ya te lo he dicho JR… en la guerra y en el amor todo se vale—declaró sonriente el chico.
—.—.—.—
La mañana del sábado llegó, Kibum se despertó de buen ánimo debido a que estaba seguro de que Minho ya estaba por llegar. Su novio le había llamado la noche anterior para decirle que en unos minutos saldría rumbo a Seúl y que estaba ansioso por verlo.
Aquella semana casi no habían hablado porque Kibum estaba enojado con Minho por no haber ido el fin de semana anterior. Pero era un nuevo fin de semana y Kibum quería ver a su novio, quería besarlo y abrazarlo porque lo extrañaba tanto… y hace semanas que no hacían el amor, por eso tenía la esperanza de que pudieran ir a un hotel para estar solos toda la tarde y noche. Incluso ya le había dicho a su padre que se quedaría en la casa de la madre de Minho, por suerte le creyó y dio su permiso.

El rubio ya se había bañado y estaba buscando algo lindo para ponerse cuando su teléfono timbró con la señal de mensaje entrante.  Sonrió porque creyó que se trataba de Minho avisándole que ya estaba esperándolo afuera de su casa. Emocionado, se asomó por la ventana para ver el auto de Minho; pero no había ningún auto estacionado afuera.
Tomó su celular de la mesa de noche y enseguida abrió el mensaje.
De inmediato su semblante cambió a uno de total consternación; no podía estar pasando… Minho no le haría eso, él no se merecía que le hiciera eso…no…
Un sollozo salió de sus labios y de sus ojos felinos fluyeron las lágrimas una detrás de otra al mirar las fotos que le habían enviado desde el teléfono de Minho. En una se le podía ver besando a un chico de cabello largo y rubio, estaban desnudos sobre una cama. En otra abrazaba al chico mientras este cerraba los ojos y se aferraba a su cabello. Y había una más en la que se veía al chico rubio descansando sobre el pecho de Minho, ambos con los ojos cerrados.
Kibum tiró el celular como si este le quemara la mano. Se sentó en el piso y envolvió con sus brazos sus piernas escondiendo su cabeza entre ellas. Y lloró, lloró de dolor y desilusión, porque uno de sus miedos se había hecho realidad. Minho ya no lo amaba, ya no lo deseaba… de seguro ahora deseaba a ese chico y por eso se había acostado con él.
No lo podía culpar, él estaba enfermo y tenía un horrible catéter saliendo de su abdomen, de seguro ese chico era sano y hermoso.
Y aunque en alguna ocasión había pensado que Minho lo reemplazaría una vez fuera a la Universidad, tenía la esperanza de ser lo suficientemente bueno para mantenerlo enamorado, pero no había podido… lo había perdido.

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N/A: Huye sigilosamente antes de que le tiren piedras.

12 comentarios:

아드리 아나 dijo...

¡Hola! No soy nueva leyendo esta historia, sólo que nunca me había tomado la molestia de hacerte un comentario, hoy estaba pensando en el fic y me metí a tu blog y para mi sorpresa habías subido un capítulo nuevo, -Llora de felicidad.- Sólo decirte que este fanfic siempre me ha gustado, escribes genial, hay algo en tu forma de escribir que me resulta muy agradable, algo que no soy capaz de encontrar en las demás historias que leo a menudo. Felicidades, y espero que subas un cap nuevo muy pronto, y no nos hagas esperar tanto, sí no sufroooo. T///T.

Unknown dijo...

lo ame con lucras pero por que minho es tan idiota por que no dijo NO al diablo con ren key es su novio su vida POR QUE NO SALIO CORRIENDO PARA DONDE SU AMADO NOVIO odio esas cosas de el peor adoro tu fanfic espero conti con muchisismo amor y cariño

ShawoV.I.P dijo...

Omg gracias por actualizar no sabes como lo espere xD. Nooo todo iva bien porque?. Minho nooo... Porque nos haces sufrir tanto? Despues de esperar y que se quede asi? Nooooo!!! :'( . Espero y se arreglen las cosas y todo vuelva a la perfeccion. Siempre tiene que haber alguien que destrulla una hermosa relacion :'( ( olvidando mi pequeño drama) que genial estas desarrollando la historia, me declaro tu fan. Pero por fa no hagas sufrir mucho a bummie. Espero la prox actualizacion :)

Anónimo dijo...

Ay T_T pobre Kibum no puedo esperar a ver que pasa cuando se encuentre con Minho espero no tardes tanto en actualizar porque amo esta historia
Tatiana n.n

Miley4everKEY dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

jhkjgsjhgdsahgdsajgdhgahgdjgsahgdhagkdhs!! Hola c:

Anónimo dijo...

Seeeeeehhh!! hskdhgkshjgdhghjdgjhsgdhskh!! c: ya se como comentar ;------; Soy Claudia (*-----*) Hola........... Ohhh por dios!!! T___T te amo tanto!!!! T___T no puedo ceer que estoy comentando tu fic TuuuuuuT waaaaaaa sgdhskaghgdshgdjgskdhsgjdgagshgdhsg!! disculpa ;-----; estoy emocionada!!! jksdhljksahdjkhsajdkhlaskjdhjsah. jejejje Hola c: Te leo desde hace muchooo!! :3 desde mi celular :3 alli no sale como comentar (u--u) por eso no lo hice...es mas!! Ni sabia que se podia comentar :V jajjajajaj....Te admiro. Eres mi idola. la mejor. Tu..tu...tu tienes un don especial :3 eres increible :3 la mejor. Me encanta tu forma de escirbir (*u*) sjkhdajshdjhjahdsjksha. Amo tu historia y posss :3 jasdhjashdjkhsakjdhjsah!! (u__u) ¿Quieres casarte conmigo? :3 jsdkjhjjsdj ok.no (u__u) Continua!! No tardes mucho :v jajajja amo el Minkey :3 toda la historia, y la otra tambien ;----; TE AMO. Ok ok ya me calmo xD. jajjajajaj Espero la conti :3

Miley4everKEY dijo...

waaaaa porque Ren!!!??? todos estaba bien...
MINHO DEDE ARREGRARLO,MI KIBUMMIE NO MERECE SUFRIR!!
ELLOS SE AMAN..
POR FA ESPERO ACTU,PRONTO..
SIGUE AASI! TE ADMIROOO XDD
HUMM AMOO EL MINKEY !!! <3 <3 <3
SALUDOS! :) ;) CUIDATE

Ji Sang Song dijo...

OMG.!!!Todo staba color de rosa y Ren lo volvio gris TTwTT espero actu con ansias!!!

elideciudade dijo...

Por que siempre leo tus fic sin terminar. Sufro T.T
Me encanta como escribís, esperó actualices pronto *-*

Anónimo dijo...

Por lo que más quieras actualiza pronto;-; esta buenisimo!

mara123 dijo...

Csuchdusvdys Dios... pobre Bummie loco!! Siempre sufre... encima q esta enfermo ;-;)9, Minho tenías q ir directamente con tú gatito! Eres tan bueno q se aprovechan de ti, idiota... ♡
Por favor actualiza lo mas rápido que puedas, si no lo haces moriré D': (?)
Gracias x este cap, estaré esperando tus actualizaciones, besos y que estes bien ^u^)/

Thanks ♡ Firma: Mara.B.C

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