FUENTE: XxXxALBAxXxX @YT
La
mañana del martes llegó y Kibum llegaba al colegio buscando con la mirada a sus
amigos y primo. Pero se encontró con que todos aquellos estudiantes que pasaban
cerca de él lo miraban como si fuera un extraño, como si nunca hubieran visto
un chico como él. Y mientras se dirigía a su salón se sintió muy cohibido por
los halagos que muchos de sus compañeros le dedicaban. Apenas divisó en la
entrada del salón a sus amigos, corrió hacia ellos, metiéndose en medio de
Jonghyun y Jinki que hasta ese momento conversaban abrazados.
―
Se puede saber ¿Por qué nos separas, cuando estaba tan a gusto con mi dubu? ―quiso
saber Jonghyun con un enfado fingido.
―
Perdón, pero es que todos me miran como… no sé ni cómo explicarlo. Es muy raro,
y me siento mal. No me gusta que me miren así.
―
Bueno, vas a tener que acostumbrarte, Kibum. Te miran así porque pareces otra
persona. Creo que no habían visto alguien tan hermoso como tú ―no había duda
para Jinki que desde ahora en adelante, el rubio tendría muchos pretendientes.
―
¡No me gusta! ―Kibum no pudo evitar sonar como un niño pequeño, haciendo un
lindo pucherito con su boca.
―
Ya te acostumbrarás. Pero estoy seguro, que si fuera Minho quien te mirara así,
estarías encantado ¿verdad? ―preguntó Jonghyun ―las mejillas rojas de Kibum, le
dieron la respuesta. ― Me lo imaginé, y ahora mismo podemos comprobarlo, porque
ahí viene ―dijo Jong mirando detrás de Kibum.
Pero
no hubo manera de comprobar lo dicho por Jonghyun en ese momento, porque Kibum
al escuchar que Minho se aproximaba corrió a su salón. Resignados, Jonghyun y
Jinki también entraron al salón.
Estaban
a mitad de año escolar y se acercaban las evaluaciones semestrales. Era por eso
que Minho había buscado ayuda para mejorar sus calificaciones. El entrenador
del equipo de fútbol se lo había advertido, si no mejoraba sus calificaciones
en Química e Inglés, dejaría de ser el capitán y lo suspenderían
indefinidamente.
El
siguiente Campeonato sería el último en el que participaría, por ser su último
año en el colegio, y no quería perdérselo por culpa de su falta de interés en
aquellas materias. Sus amigos lo habían visto cabizbajo y él les contó su
problema. Después de unos días, uno de sus amigos Lee Joon, le dijo que tenía
el tutor perfecto.
―
Es Kim Kibum del salón A― le había dicho. El no sabía quién era el tal Kim
Kibum, pero Joon le convenció de que lo aceptara como su tutor cuando le dijo
que era el mejor de su clase y su promoción. Aparte de eso, Joon le reprochó el
hecho de que no conociera a Kibum ― : Pero ¿Cómo es que no lo conoces? Es amigo
de Jinki, mi futuro novio ― sonrió ilusionado, Joon. ― Además, es primo de Kim
Jonghyun, el chico que canta en el club al que solemos ir. Y todos lo conocen
por su apodo “la diva”, y eso que no es nada lindo, pero tiene un carácter… con
decirte que un día, me reclamó porque estaba acaparando el tiempo de Jinki,
tiempo que, según él, podría pasarlo con su primito Jonghyun, su disque novio. ―
dijo con desprecio, Joon.
Pero,
efectivamente, Minho nunca había oído hablar de aquel chico. Tal vez porque había
cuatro salones más de segundo de bachillerato y él estaba en el salón D. Tal
vez porque siempre andaba ocupado con los entrenamientos del equipo de fútbol.
Tal vez porque a él no le interesaban los chicos, y menos si eran de aquellos
que podían concebir vida. Tal vez porque desde que comenzó el año, pasaba en
las nubes, pensando en su novia Krystal, a la que sólo podía ver los fines de
semana porque estudiaba en un internado fuera de Seúl.
Las
clases del día pasaron rápido y cuando Kibum se dio cuenta, ya estaba parado
frente a la puerta de la casa de Minho. Eran las cinco de la tarde y a pesar de
que hacía frío, él sentía mucho calor, y es que estaba muy nervioso. Pero no
podía pasar más tiempo parado ahí, así que tomando una larga respiración, tocó
el timbre.
Después
del segundo timbrazo, una mujer de mediana edad, le abrió la puerta. Kibum,
sonriendo nerviosamente le dijo que estaba ahí, buscando a Choi Minho para
ayudarle en un par de materias del colegio. La señora, amablemente lo guió
hasta la sala y le dijo que enseguida bajaría su hijo.
Minho,
quien estaba en su cuarto realizando un trabajo en el computador, escuchó la
voz de su madre, diciéndole que su tutor estaba esperándolo en la sala. Tomando
sus libros y apuntes de las materias en las que tenía malas calificaciones,
salió de su cuarto y bajó las escaleras.
Cuando
entró a la sala, y miró a su tutor, se sorprendió. Y no estuvo gratamente
sorprendido. Porque no esperaba encontrarse con un chico de ese tipo. Joon le había dicho que el tal
Kibum era un nerd, con lentes y peinado horroroso, además de vestir con ropa
muy holgada. Quien estaba frente a él no se parecía nada a la descripción hecha
por su amigo.
―
Hola, soy Choi Minho. Tú debes ser Kim Kibum ― Minho no sabía cómo comenzar a
hablar con aquel chico, por lo que decidió presentarse, después de todo, no
podía ser grosero, aunque no le agradara el tipo de chico que era Kibum.
―
Sí. ―Kibum no sabía que más decir.
―
Bueno, entonces ¿Comenzamos? ¿Te parece bien si te indico los temas en los que
tengo problema? ― preguntó Minho, un poco confundido por la expresión
indescifrable que tenía su tutor.
―
Eh, si. Comencemos por Química ― instó el rubio sentándose en uno de los
muebles, tomando el libro de la materia de su bolso.
Minho
se sentó junto al rubio y le indicó sus apuntes, enfatizando el primer punto de la materia que
no comprendía.
Mientras
el tiempo pasaba, Kibum sentía que había podido cubrir muy bien su nerviosismo.
Pero al mismo tiempo se sentía tan bien estar junto a Minho. Desde que había
iniciado la clase, no había dejado de mirar a Minho a los ojos tanto como
podía. También miraba sus labios y sus manos tan varoniles y por un momento
perdió el hilo de la conversación cuando recordó uno de sus tantos sueños en el
que Minho lo acariciaba, con esas manos, esas mismas manos que ahora eran
reales y sostenían tan grácilmente un lápiz.
―¿Me
estás escuchando? ― inquirió Minho mirando algo confuso a Kibum.
―
Ah, sí. Perdón. Es que estaba pensando en que debí traer mis apuntes. Porque
ahí tengo algunos datos que tu no. ― mintió ágilmente Kibum.
―
Seguramente. Es que sabes, la Química es tan aburrida… que a veces pierdo
interés en lo que dice el maestro.
―
Bueno, a mí no me parece aburrida para nada. ― señaló Kibum y no pudo evitar
bajar la mirada como si estuviera avergonzado cuando vio que Minho lo miraba
fijamente con esos grandes ojos que tanto amaba.
Minho
detectó en ese gesto algo que era muy conocido para él. Las chicas solían
mirarlo así cuando coqueteaban con él, cuando estaban a punto de confesarle lo
mucho que les gustaba. Y eso, le alarmó sobremanera. Porque Kibum, podía ser
muy lindo y todo, pero Minho nunca se
fijaría en él de manera sentimental. No le gustaban los chicos y sobretodo no
le gustaban los del tipo de Kibum.
Desde
que su padre los había abandonado a él y su madre, por un hombre que podía
tener bebés, había desarrollado cierto odio, cierto rencor hacia los chicos
gay, pero en especial hacia aquellos que podían concebir vida. Tan absurdo como
aquello era, para Minho era algo muy normal y justificado. Porque creía que su
vida feliz y dichosa ― al lado de su amada madre y su adorado padre, a quien
antes de que los abandonara, admiraba con fervor y devoción por ser un hombre
alto y fuerte que había cumplido su sueño de ser futbolista profesional― la
había arruinado la irrupción de un hombre, que sin ningún escrúpulo sedujo a su
padre y que para retenerlo definitivamente, se había embarazado.
Ahora
su padre vivía en Daejeon, donde dirigía un equipo de fútbol. Tenía una inmensa
casa en la que vivía con su nuevo marido y su pequeño hijo de seis años. El
padre de Minho siempre trataba de acercarse a su hijo, aprovechaba los
cumpleaños, las vacaciones y los días festivos para tratar de hablar con Minho,
pero nunca había logrado nada.
Para
Minho, su padre había muerto el día en que prefirió a aquel hombre sobre ellos.
El señor siempre insistía en que quería que se acercara a su padrastro y su
medio hermano. Pero de sólo pensarlo, Minho moría de coraje. No quería saber
nada de ese hombrecillo y mucho menos de aquel bastardo al que habían concebido
cuando su padre aún estaba casado con su madre.
Eran
las nueve de la noche cuando Kibum, salió de la casa de Minho. Ahora iba subido
en un taxi, que amablemente había pedido Minho para él. Y Kibum, no podía
borrar la sonrisa de su rostro. Minho ahora le parecía más hermoso que nunca. No había comparación con ningún otro,
porque Kibum, pensaba que Minho era un ser muy especial. Se había portado tan
amable con él, que hasta tenía ganas de suspirar como una de esas chicas
enamoradizas. No había mostrado alguna señal de que le gustara o tan siquiera
se sintiera atraído por él, pero muy dentro de su corazón pensaba que podía
tener una oportunidad con el alto.
Cuando
llegó a su casa, su padre ya estaba durmiendo. Le había llamado para avisarle
que estaba en casa de Minho dándole clases y que ya había cenado, cena que había
estado muy deliciosa, además ya había tomado sus medicamentos, para lo cual
había ido al baño, porque no quería que Minho o su madre le preguntaran por su
enfermedad.
Se
cepilló los dientes, se puso su pijama y se metió a la cama con una sonrisa.
Esa noche en especial, se sentía muy bien. Como si no estuviera enfermo, los
mareos, la fatiga habían desaparecido y sabía que esa sensación de bienestar
era debido a Minho. Mirar sus ojos, su sonrisa era un bálsamo milagroso. El
saber que al día siguiente volvería a tenerlo tan cerca, lo hizo inmensamente
feliz. Y así se sumergió en el mundo de los sueños.
~*.*~*.*~
Al
día siguiente, Taemin tomado de la mano de su novia Suzy, se dirigía al
colegio. Suzy le contaba lo divertido que había sido hacer una sesión de fotos
para una famosa marca de ropa. Taemin fingía escuchar atentamente lo que ella
decía, pensando en cómo decirle que su amiga Naeun volvía al país después de
haber vivido dos años en China. Pero ese no era el problema, el problema era
que Taemin había estado enamorado de su amiga y Suzy sabía aquello. Y siempre
se mostraba celosa cuando recibía llamadas de Naeun, porque decía que le había
costado mucho que Taemin se enamorara de ella y no estaba dispuesta a perderlo
por nada del mundo.
―…
y me encantó hacer esas poses, parecía que estaba volando, porque me pusieron
un arnés y…Taem, ¿Me puedes decir en qué piensas? ― le preguntó Suzy, luego de
fijarse en la mirada perdida de su novio.
―
Naeun regresa este fin de semana al país y me ha pedido que vaya con ella a
visitar a sus abuelos en Incheon ― dijo Taemin, directo sin pensarlo más.
La
cara de Suzy le mostraba su descontento por la noticia―: ¿Y qué quieres que te
diga? Estoy segura que irás aunque a mí no me guste―
―Es
sólo que no quiero que te hagas ideas equivocadas. Ella es mi mejor amiga y no
la he visto en mucho tiempo, además no estaremos solos, iremos con sus padres…
―
Está bien, si no vamos a vernos el fin de semana, llamaré a Wooyoung para que
me acompañe a un sesión de fotos que tengo el sábado, luego le pediré que se
quede en mi casa, seguro que a mis padres no les molesta ― decía Suzy más para
sí mismo que para que le escuchara Taemin.
―
Suzy… sabes que no me gusta ese tipo, seguro va a aprovechar que yo no estoy
para insinuarte cosas…
―¡No
tienes derecho de reclamar nada!― espetó Suzy enfadada.― A mi no me gusta tu
amiga, sin embargo no te importa lo que opine, así que estamos a mano. ―
finalizó soltando bruscamente la mano de su novio.
―
Suzy, amor. No discutamos ¿sí?― trató de convencerle Taemin ― Yo te quiero a
ti, lo que sentía por Naeun ahora no es más que cariño fraternal. Tú lo sabes… ―
insistía tomando nuevamente la mano de la chica.
―
Está bien. Pero promete que llamarás por lo menos 3 veces al día― y más que una
petición era una exigencia, claro que con esa carita de niña buena, Taemin no
era capaz de negarle nada.
―
Lo prometo ― sentenció Taemin, besando suavemente a su novia.
―
Aww, que linda parejita ― llegó Kibum, interrumpiendo el momento de la pareja.
―
Envidioso― le reprochó Taemin, abrazando a Suzy.
―
Para nada, yo tengo buenos gustos y no me fijaría en un niñito antipático como
tú ― bromeó el rubio señalando juguetonamente a Taemin.
―
Sí, claro. Pero más que tener buenos gustos, sólo te gusta una persona.
¿Verdad? ― Taemin, viendo la reticencia a responder de Kibum, continuó: ― Y
quiero saber todo, de la primera clase de ayer.
―
Ah, ¡En verdad! Yo también quiero saber…― rogó Suzy poniendo una carita tierna.
―
No pasó nada, así que no hay nada que contar ― respondió Kibum mirando al par
de novios.
―
Nosotros también queremos saber ― pidió Jjong, quien venía tomado de la mano de
Jinki.
―
¡Que no pasó nada! ― espetó Kibum, antes de correr hacia la entrada del
colegio.
Todos
negaron con la cabeza ante la actitud tan esquiva de su amigo.
Lo
cierto es que en el receso, le insistieron tanto a Kibum para que les contara
lo que había pasado la tarde anterior, que terminó contándoles detalle a
detalle. Pero todos quedaron algo decepcionados al saber que Minho no había
mostrado alguna señal que mostrara que le gustara Kibum. Y mientras el receso
pasaba, Kibum miraba disimuladamente al alto quien se encontraba con sus amigos
en una mesa del centro del sitio, como siempre lo hacía.
~*.*~*.*~
La
tarde llegó y Kibum se encontraba en la casa de Minho, enseñándole algo de
Inglés. Se sentía tan a gusto estar cerca del alto, que pedía que el tiempo
pasara lentamente. Minho en cambio, se sentía extraño. El día anterior, no se
había dado cuenta de lo hermoso que era Kibum, Sí, era algo estúpido, pero
ahora que lo veía más detenidamente, se fijaba en los hermosos ojos del rubio
que parecían los de un gatito, los labios acorazonados se veían tan apetecibles…
¡Pero
qué diablos estaba pensando!
Minho se reprendió por aquellos pensamientos.
Y se dijo que no debía fijarse en ese tipo de detalles. Él tenía novia, una
hermosa novia y además no le gustaban los hombres, mucho menos los lindos y
afeminados como Kibum. ¡No! No le gustaban ― trataba de convencerse el alto.
~*.*~*.*~
Dos
semanas pasaron de aquello, Kibum se quedaba hasta la siete de la noche en la
casa de Minho, a excepción de los lunes y viernes que se quedaba hasta las
ocho, ya que el rubio había querido darle clases los sábados y Minho se había
negado por lo que quedaron de acuerdo en aumentar el horario de esos días.
Eran
las ocho de la noche del viernes y Kibum se disponía a ir a su casa. Pero la
madre de Minho le pidió que cenara con ella y su hijo antes de partir. Kibum
aceptó gustoso, si se trataba de pasar más tiempo con Minho, el no tenía ningún
reparo.
Kibum
comía contento el delicioso guiso de verduras y carne preparado por la madre de
Minho cuando la señora comenzó una conversación:
―
Espero que te guste lo que preparé, seguro tienes planes para salir y yo aquí
retrasándote ― señaló la madre de Minho
―
Está delicioso, señora gracias. Y no se preocupe no tengo ningún plan para hoy ―
le contestó Kibum con una sonrisa.
―
¿No?, pues qué raro, eres un chico muy guapo, seguro tienes un novio muy
apuesto…
―
Mamá… deja de tratar de averiguar sobre la vida ajena, ¿quieres? ― interrumpió
Minho, que hasta ese momento había permanecido en silencio comiendo de su
plato.
Kibum
se sorprendió ante las palabras de la madre de Minho, ¿Cómo sabía ella que le
gustaban los chicos?
―
Usted… ¿Cómo sabe que me gustan los chicos? ― preguntó bajito el rubio.
―
Bueno, es muy fácil de saber por tus actitudes y físico. Además siendo uno de
esos chicos que puede concebir vida, que te gusten los hombres es lo más
probable…
―
Mamá, ¿Por qué insistes en hablar de esto? ― inquirió molesto el alto.
―
¿De verdad quieres saberlo? ― Y cuando Minho asintió, continuó ― Es que si
Kibum está libre y tú también, pues… harían una bonita pareja…
Kibum
bajó la mirada avergonzado, pero en el fondo estaba feliz de que la madre de
Minho lo considerara digno de su hijo.
―
Sabes que no es cierto, no estoy libre. Llevo medio año diciéndote que Krystal
es mi novia y aunque no te agrade, la quiero mamá ― dijo el alto mirando
enojado a su madre.
Kibum,
ante las palabras del alto, sintió como si estrujaran su corazón. Le dolió
mucho saber que Minho estaba saliendo con alguien.
―
Esa chica no me gusta, además yo creo que lo que tienes con ella es solamente
sexual. La ves sólo los fines de semana, y hasta donde yo sé pasan encerrados
en su habitación ¿Crees que eso sea una relación normal?
―
¡Ese no es tu problema!― gritó Minho ― Además, no me gustan los hombres y mucho
menos los que pueden tener bebés ― y mirando a Kibum, dijo ―: Así que no te
hagas ilusiones, yo nunca me fijaría en ti, lo mejor es que no te enamores de
mí. ― completó el alto levantándose bruscamente de la mesa.
Y
con eso, Kibum quedó devastado. Se sentía tan idiota, tan insignificante. ¿Cómo
pudo ser tan iluso y pensar que Minho podía fijarse en él?
―
Disculpa, Kibum ― rogó la madre del alto, acercándose para abrazar a Kibum, que
yacía sentado inmóvil, con el plato a medio comer y el corazón roto. ― Ya verás
que se dará cuenta de lo que se está perdiendo.
―
No, no pasa nada ― contestó Kibum tratando de contener las lágrimas que
amenazaban con escaparse de sus felinos ojos. ― ¿Puedo saber, como se dio
cuenta de que me gusta su hijo?
―
Fue por la forma en que lo miras, la forma en que tus ojitos se iluminan cuando
mi hijo sonríe, la forma en la que tratas de estar lo más cerca posible de él…
―
Siempre me han dicho que soy muy obvio ― susurró el rubio mientras un lágrima
corría por su mejilla.
Cuando
Kibum se recompuso, la madre de Minho dejó de abrazarlo y llamó a un taxi para
el rubio. No sin antes pagarle lo debido a su trabajo como tutor y volver a
disculparse por lo ocurrido en el comedor.
Kibum
se disponía a subir al taxi, cuando una mano lo detuvo del brazo. Para sorpresa
del rubio, se trataba de Minho ―: Kibum, discúlpame. No debí ser tan grosero,
pero de una u otra forma, todo lo que dije era cierto, yo…
―
No te preocupes, Minho. Es imposible que me enamore de ti, si eso es lo que te
preocupa ― contestó determinado el rubio, con la mirada fría y altiva. Y luego
subió al taxi.
Se
suponía que a Minho no le importaba lo que pensara o sintiera Kibum, entonces
¿Por qué sentía un vacío expandirse en su interior?
Mientras,
en el taxi, Kibum iba pensando en las palabras del alto. “No te enamores de mi”
le había dicho. Y lo que le contestó era cierto, eso era imposible. Porque él
ya estaba enamorado de Minho y desde
hace mucho.
NOTA: quería aclarar el significado de la palabra "bastardo", sé que es una palabra que suena grosera, pero es lo que al fin y al cabo es el medio hermano de Minho: hijo nacido fuera de matrimonio.
Creo que desde el siguiente capo, todo irá más rápido, depende del tiempo que tenga para editar ...
2 comentarios:
OMG !!! por favor sube ya el siguiente cap , quiero saber que pasa .
Estoy super enganchada con la historia :D
Una cosa ' que enfermedad tine kibum ?
El morira al final ...?
Minho es un tonto por decirle esas cosas a kibum ... pero bueno no me preocupo muchp porque se que al final le querra y le pidira salir , estoy super segura xD
Bueno tus incognitas se responderán próximamente, continúa leyendo XD. Con respecto a lo de la enfermedad de Kibum, lo mencioné en el primer capitulo, tiene Insuficiencia renal crónica. Más de noche o mañana a más tardar subo el siguiente capo. Muchas Gracias por leer y comentar!!!
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