CAPÍTULO 5
El
padre y abuelos de Kibum, llegaron después de varias horas. La madre de Kibum,
presentó a Minho como el novio de su hijo. Todos lo saludaron con entusiasmo, a
pesar de la difícil situación. Minho se sentía muy incómodo, creyendo que nada
tenía que hacer ahí, pero la madre de Kibum, insistía en incluirlo en todas la
conversaciones.
Minho
estaba paseándose de un lugar a otro, preocupado por Kibum, cuando recibió una
llamada de Taemin. Se alejó de la familia del rubio para contestar:
-
Hola Tae. ¿Qué se te ofrece?
-
Minho, debo viajar a Japón urgentemente. Voy a ir a vivir allá. Ven conmigo
¿sí? –
Minho
escuchó un tono extraño en la voz de Taemin, además de considerar descabellada
su petición -: ¿Ir contigo? Pero Tae, eso es una locura. Mañana tengo trabajo, además se presentó un
asunto… Kibum está en el hospital.
-
¡Otra vez él, Minho! ¡A ti que te importa que ese estúpido esté en el hospital!
-
Lo siento, Tae. Pero no puedo.
-
Por favor, Minho. Es nuestra oportunidad para estar juntos, de nuevo. Lejos de
él, de su amante. Lejos de todo lo que te recuerde a él.
Y
por supuesto, que la propuesta era tentadora. Pero no iba a dejar toda su vida
de un día para otro, por un capricho de Taemin.
-
Mira Tae. Qué te parece si vas, arreglas tus asuntos. Yo luego te llamo y
podemos hablar con más tranquilidad…
-
Está bien. Pero por favor. No vayas a creer, todo lo que te dicen ¿sí?
-
No entiendo, Tae- decía confundido Minho.
-
Sólo recuerda que te amo, y que todo lo hice por ti – decía al borde del llanto
Taemin y luego colgó, sin dejar que Minho se despidiera de él.
A
la medianoche, la operación de Kibum finalizó, y les informaron que todo había
salido bien. Ahora sólo quedaba esperar que Kibum reaccionara.
Llegó
la mañana, Kibum no reaccionaba, habían dicho que era normal, considerando el
golpe que tenía en la cabeza.
Minho
debía ir a su departamento, para darse un baño e ir a su trabajo. Les prometió
a los padres del rubio, volver en la tarde.
Cuando
llegó a su departamento, no esperó encontrarse con todo tal y como lo había
dejado la semana anterior. La presencia de Kibum, se sentía en cada detalle, en
cada adorno y mueble del lugar.
Se
dirigió a la habitación, revisó el closet y la ropa de Key seguía ahí. Sus
cremas, sus perfumes, sus accesorios; todo seguía en el mismo lugar.
Y
no entendía el significado de aquello.
Kibum,
¿No pensaba dejarlo en paz? ¿Por qué quería seguir en su departamento, cuando
pronto se iría con aquel tipo? ¿Es que acaso, disfrutaba haciéndole daño?
~
*^. ^*~
Pasaron
tres días desde que operaron a Kibum, días que
Kibum estuvo inconsciente. El atardecer de aquel tercer día había
llegado cuando el rubio, despertaba.
Kibum
sentía que todo su cuerpo quemaba. Dolía, dolía como si un camión le hubiera
pasado encima. Y literalmente eso es lo que había pasado.
En
medio de la oscuridad que aun prevalecía para Kibum, sintió una caricia en su
mejilla y luego tomaron su mano, besándola, acariciándola…
-
Minho…- balbuceó el rubio, pensando que su novio era el que lo mimaba.
-
No cariño, soy Jonghyun. Vine por ti.
Escuchando
aquello, Kibum abrió súbitamente los ojos. Encontrándose con su ex novio quien
lo miraba con una sonrisa.
-
¿Qué haces aquí? ¡Suéltame!- Le preguntaba y ordenaba sin fuerzas el rubio,
esforzándose vanamente para que Jonghyun soltara su mano.
-
No te esfuerces tanto, Key. Te harás daño.
-
¡Vete, sal de aquí!- trató de gritar aunque sólo logró emitir un murmullo, tratando
de alejarse del toque de Jonghyun.
Mientras
tanto Minho llegaba al hospital, encontrándose en la entrada de la sala de
recuperaciones con los padres de Kibum. Quienes habían ido a la cafetería por
algo de café, mientras los abuelos del rubio habían ido a descansar en un
hotel.
Una
enfermera se acercó a ellos, informándoles que Kibum había despertado. El
doctor que llevaba su caso, lo había revisado y afortunadamente aparte de estar
desorientado, no presentaba signos de tener daños graves e irreversibles por el
golpe en la cabeza.
Los
padres de Kibum y Minho saltaron felices de emoción, y debido a la gran
algarabía que sentían, de un momento a otro se abrazaron, los tres; como si
fueran una familia. Pero esa felicidad se acabó
cuando la enfermera les dijo que el novio de Kibum había llegado en el
momento en que despertó y que ahora estaba acompañándolo.
Cuando
Minho escuchó aquello, retrocedió y hubiera salido corriendo del lugar si es
que la madre de Kibum no lo hubiera detenido del brazo:
- No te vayas Minho, entra con nosotros.
Enfrentemos a quien esté ahí dentro- le pidió la señora mirándolo fijamente.
-
Pero yo ya no tengo ningún derecho de estar aquí, lo mejor será que me vaya. Y
por favor dígale que espero que se mejore pronto – decía triste el alto
-
No Minho, te aseguro que Kibum estará feliz de verte. Por favor. Será sólo un
momento- suplicaba la madre del rubio.
-
Mi esposa tiene razón hijo, es mejor que de una vez aclaremos las cosas-
apoyaba el padre de Kibum a su esposa.
Cuando
entraron. Minho tuvo ansias de golpear de nuevo a Jonghyun. Le daba coraje ver
cómo acariciaba a Kibum. Pero Kibum, Kibum parecía asustado. Y en cuanto vio a
Minho, trató de levantarse:
-
Minho, Minho. Sácalo de aquí, por favor- rogaba el rubio con la voz muy bajita,
desesperado y a punto del llanto.
-Kim
Jonghyun ¿Qué haces aquí? – interrogaba furioso el padre de Kibum
-
¿No es obvio? Estoy visitando a mi novio – decía tranquilo el castaño, tratando
de agarrar la mano del rubio.
-
¡No! ¡Suéltame!- decía débilmente el
rubio, soltándose nuevamente del agarre – Minho, por favor. Tienes que escucharme,
por favor – le suplicaba mirando a Minho.
-
Ya escuchaste, Jonghyun. Vete y no vuelvas. – le ordenaba el padre de Kibum
-
Ustedes deben entender algo, tarde o temprano, Key regresará conmigo. Así debe
ser y así será – aseguraba Jonghyun mirando desafiante a los padres del rubio y
a Minho. – Me voy, pero regresaré – les dijo, saliendo con toda la tranquilidad
del mundo de la habitación de aquel hospital.
Y
apenas desapareció por la puerta, Kibum se echó a llorar, pidiéndole al alto
que se acerque -: Yo te amo, Minho. Cualquier cosa que te haya dicho Taemin, no
es cierto. Créeme, por favor – sollozaba débilmente el rubio.
Minho
viendo lo desesperado que estaba el rubio, se acercó a él, se sentó junto a
Kibum en un lado de la cama y lo abrazó.
-
Ya Kibum, tranquilízate por favor. – le susurraba Minho, acariciando la rubia
cabellera.
-
No. Es que no quiero que me dejes, Minho. Por favor, me duele, me duele, Minho.
Me duele que no confíes en mí – decía Kibum, entre lágrimas. Abrazando al alto,
como si su vida dependiera de ello.
-
Después hablamos de eso ¿sí? Yo estoy aquí contigo. No me voy a ir. – aseguraba
el alto, conteniendo las lágrimas.
En
ese momento, entró una enfermera que había sido llamada por el padre de Kibum.
Quien observando el estado frenético del rubio, le suministró un calmante.
Haciendo que enseguida quedara dormido, permaneciendo aún en los brazos de
Minho.
Delicadamente,
fue recostando a Kibum en la cama. Depositando un suave beso en la boca de su
rubio y sin poder contener las lágrimas, salió presuroso de la habitación.
Los
padres de Kibum, también quedaron muy afectados al verlo en ese estado de
desesperación. Por eso también salieron de la habitación y lloraron juntos en
la sala de espera que se encontraba fuera de la misma.
Habían
pasado unas horas de aquello, cuando un policía se acercó a los padres de
Kibum. Kibum debía declarar por lo ocurrido, pero debido a que estaba dormido
eso no era posible. De todas formas, el oficial de policía les entregó un
retrato hablado de quien; según los testigos, había sido el responsable del
intento de homicidio de Kibum.
La
madre de Kibum, sabiendo que la persona del retrato no era Jonghyun e intuyendo
algo, se acercó a Minho y le enseñó dicho retrato.
Los
ojos de Minho se ampliaron a más no poder al ver el retrato. Y es que
simplemente no lo podía creer.
Era
Taemin. Su pequeño y dulce Taemin.
Era
muy difícil creer que él fuera capaz de perpetrar semejante acto. Pero si no
fuera cierto, era imposible que todos los testigos coincidieran en la
descripción.
Desagradablemente
impresionado, decepcionado y dolido se llevó las manos al rostro. Y lloró,
lloró amargamente.
Dolía,
darse cuenta de que había confiado en la persona equivocada. No entendía por
qué no había podido confiar en Kibum, darle la oportunidad de que se explicara.
Lo mismo había hecho en la primera ocasión.
Había
sido cobarde e inmaduro. No había afrontado los problemas, prefiriendo huir. Y
pensó que era él quien no merecía que Kibum lo amara.
~
*^. ^*~
Más
tarde, el doctor de Kibum les había
regañado por hacer que Kibum se pusiera en ese estado. La verdad es que, los
tres se sentían culpables. Los padres de Kibum, por dejarlo solo y que Jonghyun
haya aprovechado para hostigarlo. Y Minho porque ahora sabía que Kibum tenía
razón. No lo había escuchado, no había tratado de hablar con Kibum para que le
explicara lo que estaba sucediendo, en resumen: no confiaba en él.
La
noche llegó, y Minho se disponía a dormir en el duro sillón que se encontraba
al lado de la cama de Kibum. Había decidido no moverse del lugar, quería estar
pendiente de Kibum, no quería que despertara y se desesperara al no encontrar a
nadie a su lado. Estaba tan arrepentido por no haber hablado con el rubio.
Cuando lo vio en aquella cama, con una vía intravenosa, con su cara amoratada y
sus ojos brillantes por las lágrimas, se dio cuenta que debió haberle dado una
oportunidad de explicarse.
Porque
ahora no tenía duda de que Kibum no lo había engañado, que todo era un mal
entendido, una treta de Jonghyun y Taemin. Los ojos preciosos de su gatito no
podían mentir, esos hermosos orbes que reflejaban amor…
Y
pensando en aquello, quedó profundamente dormido.
Aún
no amanecía, cuando Kibum despertó. Buscó con la mirada a Minho, y se
tranquilizó cuando lo vio recostado en una pésima posición sobre un sillón
junto a su cama.
Trató
de incorporarse un poco, pero el abdomen y el muslo le dolieron muchísimo. No
pudo evitar emitir un gritito agudo que despertó a Minho de su atropellado
sueño.
-
No te muevas, Kibum. Te harás daño – le pedía el alto, tratando de acomodar a
Kibum en la cama.
- No me gusta que me digas así – musitaba el rubio, bajando la mirada.
-
Así ¿Cómo? – preguntaba extrañado Minho.
-
Sólo me llamas por mi nombre cuando estás enojado o te molesta algo – decía
apenas en un susurro Kibum.
Minho
se dio cuenta de que aquello era cierto.
Desde
que se reencontraron, Minho rara vez llamaba a Kibum por su nombre, y la
mayoría de veces era cuando tenían una riña que duraba unas pocas horas. El
resto del tiempo, acostumbraba a llamarlo de formas cursis y melosas: gatito,
mi amor, cariño, corazón y otros apelativos más.
En
ese momento, entró a la habitación el doctor de turno para revisar a Kibum. Le
recomendó a Minho no preocuparlo o provocarle fuertes emociones.
-
Yo sé que crees que he estado engañándote con Jonghyun – comenzó a hablar
Kibum, ante el incómodo silencio que se había instaurado en la habitación
después que se fuera el doctor – Pero no
es cierto. Estoy seguro de que él y Taemin, son los culpables de nuestra
separación.
-
Sí, lo sé – aseguró el alto – ¿Puedes contarme lo que sucedió? – dijo
refiriéndose al accidente.
-
Yo fui a tu trabajo, para que habláramos. Pero los encontré a Taemin y a ti en
la puerta del edificio. No pude resistirme y lo encaré. Le reclamé el que
estuviera de nuevo detrás de ti y… discutimos, me confesó que él había sido
el culpable de nuestra separación. Y
comenzó a empujarme, cuando me di cuenta un camión venía hacia mí y… - Kibum
soltó un suspiro – desperté aquí, encontrándome con Jonghyun y …
-
Tranquilo Kibum – le decía besando la suave cabellera – Te creo. Me costó
aceptar que Taemin tuvo algo que ver con aquellas fotos y lo del hotel. Pero
ahora que lo pienso mejor, hace unos días me llamó y lo que me dijo me pareció
muy extraño, pensé que me ocultaba algo y ahora sé lo que era.
-
¿A qué te refieres con “fotos y lo del hotel”, Minho? – le preguntaba con voz
carrasposa el rubio.
-
Aquel viernes por la noche que te dije que trabajaría hasta muy tarde. Llegué
más temprano de lo previsto al departamento, traté de llamarte pero no
contestaste. Después recibí un sobre con fotos que te mostraban besando,
abrazando a aquel tipo – comenzó a contarle, soltando el aire que tenía
retenido en sus pulmones.
– Además de un mensaje, que decía que si me apuraba,
te encontraría en un hotel teniendo sexo con Jonghyun.
-
¡Pero eso no es cierto!- decía exaltado el rubio. - ¡Esa noche, fui con Jinki, mi amigo, al cine
y luego a cenar! Si quieres, puedo llamarlo y él te puede decir que estuvimos
juntos… además, él tiene las entradas al cine, te las puede mostrar...y si no
te contesté las llamadas, fue porque no me di cuenta. Jinki me contó las cosas
que Taemin ha dicho de mí en la facultad, además había mucha gente en el
restaurant… – indicaba acelerado, tratando de que Minho creyera en sus
palabras.
-
Ya, cálmate. – y suspirando continuó-: Yo fui al hotel, pregunté en la
recepción, por aquel tipo y si había llegado con alguien. Me dijeron que sí,
que estaba con un chico rubio al que siempre nombraba Key. Luego subí a la
habitación y me encontré con que Jonghyun estaba semidesnudo y recién duchado. Le pregunté por ti, y me
dijo que acababas de marcharte y no me negó que hubieran tenido sexo…
-
¿Y le creíste? – le interrumpió dolido el rubio - ¿Cómo puedes creer que te
engañaría? Después de que me costó tanto encontrarte. ¿Crees que
desaprovecharía la oportunidad que me diste?
-
Por favor Kibum, tranquilízate. Lo mejor será que hablemos después. Estás muy
débil aún y no quiero que nada malo te pase. Vuelvo después. Iré a buscar a tus
padres, de seguro querrán verte…
-
¡No! No quiero que te vayas. Por favor – suplicaba con los ojos llorosos el
rubio, tomando la mano de Minho y apretándola con todas sus fuerzas.
-
Está bien, pero déjame marcarle a tu madre. Tus padres y abuelos deben estar
esperando que despiertes.
-
¿Ellos están aquí?- preguntaba sorprendido, Kibum
-
Sí, estaban muy preocupados por ti – le dijo, soltando despacio la mano del
rubio y tomando su celular del bolsillo trasero de su pantalón.
~
*^. ^*~
Minho
veía desde la puerta de la habitación de aquel hospital, como los padres y
abuelos de Kibum lo mimaban. Su madre en especial era muy dulce, acariciando y
besando constantemente al rubio. Y Kibum se veía muy feliz, a pesar de la
palidez de su semblante.
El
alto quería llamar a su jefe, para que le diera unos días libres. Después ya se
las arreglaría para devengar ese tiempo. Iba a salir de la habitación cuando
escuchó la voz de Kibum -:
-Minho,
no te vayas, por favor- le pedía por segunda vez ese día.
-
Será sólo un momento, ya regreso- le aseguró el alto sonriéndole a Kibum.
Luego
de ver ese gesto, Kibum se quedó tranquilo y siguió conversando con sus padres y abuelos.
Después
de llamar a su jefe y haber conseguido un par de días libres a cambio de
trabajar hasta tarde y los fines de semana; Minho quería llamar a Taemin. Sabía
que era un poco osado de su parte, pero quería escuchar sus explicaciones, porque
no entendía cómo es que había llegado a intentar matar a Kibum. Determinado,
marcó el número de quien, él había considerado un gran amigo:
-
¡Hola Minho! – le contestaba contento, Taemin.
-
Me puedes explicar, ¿Por qué intentaste matar a Kibum? – exigía saber el alto
por demás enfadado.
Después
de un breve silencio, Taemin habló -: Así que ya lo sabes… Pues, te lo dije
antes. Lo hice porque te amo.
-
¿Me amas? Tú no me amas, Taemin. Lo tuyo es una obsesión enfermiza…
-
¡No es cierto, Minho! Nadie, podrá amarte como yo lo hago – le interrumpía
Taemin encolerizado.
-
No. ¡Ya basta! Tienes que entregarte a la policía. Lo que hiciste estuvo muy
mal. Seguro ellos te ayudarán con tus problemas mentales.
-
¿Estás diciendo que estoy loco?
-
Tae… tu comportamiento no es normal. – inquiría conciliador el alto.
-Todo
lo que he hecho, ha sido por ti. Si aquel imbécil no hubiera aparecido de nuevo
en tu vida, estarías conmigo. Amándome a mí. – decía con la voz entrecortada.
-
Por favor, Taemin. Sabes que te quiero mucho, pero con el tiempo, con o sin
Kibum nos hubiéramos separado. Porque aunque pasen los años, no puedo amar a
nadie que no sea Kibum.
-
No es cierto. Él tiene la culpa de mi desgracia. Si él no existiera, tú me
amarías. Por eso quise deshacerme de él. Y no, no me voy a entregar. Me voy a
quedar aquí, en Japón sólo unos días, luego me iré a otro país. No me van a
encontrar. ¿Y sabes qué Minho? … tú te lo pierdes, espero que ese rubio idiota
te haga muy infeliz. ¿O sabes qué?… Muéranse los dos – y después de eso, lo
único que se escuchó fue el tono de llamada terminada.
~
*^. ^*~
Los
días transcurrieron, días en los que Kibum de a poco fue mejorando. Ya se
habían asegurado de que sus funciones cerebrales no fueron afectadas por el
golpe que tenía en la cabeza. Su pierna derecha estaría enyesada por varias
semanas al igual que su torso debido a sus costillas fracturadas y su muñeca
izquierda estaba vendada. Luego debería realizar rehabilitación para recuperar
la movilidad de su pierna.
Kibum
ya había rendido testimonio de lo ocurrido el día del accidente. Minho les
había dicho a la policía el paradero de Taemin. Había que extraditarlo, y el
trámite era algo largo, aunado al hecho de que no habían logrado determinar
dónde se encontraba, suponían que ya no estaba en Japón. Seguían buscándolo,
sin embargo sería más complicado detenerlo si se iba a países lejanos a Corea
del Sur.
Y
Jonghyun, Jonghyun había intentado varias veces entrar a la habitación de
Kibum. Pero tenía una orden de alejamiento y no podía estar a menos de
cincuenta metros del rubio, por lo que en la última ocasión fue apresado. Con
el pasar de los días, los familiares de Kibum y Minho no volvieron a saber
del castaño, había dejado de insistir, y
ya no iba al hospital. Suponían que el pasar una semana en la cárcel había sido
un buen escarmiento para que dejara de acosar a Kibum. Y no se equivocaban.
Se
podría pensar que después de todo por lo que habían pasado, Minho y Key
estarían más unidos que nunca. Pero no era así.
Minho
esperaba el momento adecuado para terminar con Kibum. Se sentía culpable de lo
que le había ocurrido al rubio y además creía no merecer el amor de Kibum. Por
eso, se mantenía distante. No tenía detalles afectuosos con Kibum, no lo
besaba, no lo abrazaba y a duras penas le dirigía la palabra. Había regresado a
trabajar y pasaba poco tiempo en el hospital con Kibum.
El
rubio no sabía cómo enfrentar esa situación y cada día estaba más triste.
~
*^. ^*~
Era
fin de semana y Kibum sería dado de alta después de un mes internado en aquel
hospital. Los padres del rubio querían llevarlo a su casa en Daegu, pero él
insistía en quedarse en Busán, en el departamento de Minho que también
consideraba suyo. Discutían aquello, cuando Minho intervino, pidiendo hablar
con Kibum.
-
Kibum… sabes que lo nuestro no puede continuar. No después de todo por lo que
has pasado por mi culpa – le decía el alto tomando la mano de Kibum, quien
reposaba en una silla de ruedas que le llevaría fuera del hospital – Es mejor
que vayas a Daegu, con tus padres y abuelos …
-
¡No, Minho! Nada de esto es tu culpa y no me voy a ir con ellos, no si tu no
vienes conmigo – decía el rubio ignorando el hecho de que Minho quería terminar
su relación.
-
Kibum, escúchame…
-
¡No! Dime una cosa Minho, ¿Me amas? – le preguntaba el rubio suplicante, con
sus ojitos espectantes.
-
Más que a nada en este mundo – le contestaba sincero el alto.
-
Entonces, Minho. No hay nada que discutir. Yo también te amo y ahora mismo me
voy contigo a nuestro hogar – decía el
rubio decidido, remarcando aquella palabra que dejaba en claro que ellos eran
uno sólo, una pareja que compartía un hogar.
Estupefacto
por la determinación del rubio, Minho no pudo replicar más nada. Así que con
una sonrisa de felicidad, siguió a su gatito quien iba de lo más tranquilo
manejando la silla de ruedas que le habían facilitado en el hospital.
~
*^. ^*~
Los
padres de Kibum, habían contratado una enfermera para que supervisara la salud
de su hijo. El rubio pasaba los días aburrido, sin más que hacer, que ver la
televisión y en ocasiones cocinar. Pero la última vez que lo había hecho, en la
noche había sufrido dolores en su pierna y costillas por los movimientos que
había hecho. Por lo que Minho le había prohibido terminantemente entrar a la
cocina.
~
*^. ^*~
Los
meses pasaron y Kibum poco a poco y gracias a su disciplina en la
rehabilitación, ya caminaba sin ayuda de las muletas que por varios meses lo
acompañaron. A veces le dolía la pierna y sus costillas, pero le habían dicho
que era normal y que con el tiempo, se recuperaría del todo.
Y
con Minho. La relación iba muy bien. Ya habían dejado todo en claro y decidieron
continuar dejando los malos entendidos atrás. Acordaron siempre ser sinceros, dialogarían antes de tomar decisiones.
Kibum comenzó esa nueva etapa de su relación, contándole todo lo que había pasado con Jonghyun. Incluyendo la forma en que lo conoció cuando tenía dieciseis años.
En esa época de su vida, Kibum había sido un adolescente demasiado rebelde, se rodeó de amistades poco recomendables y fue así que comenzó a consumir drogas.
Tan sumido en buscar evadirse y vivir otra realidad estaba, que cuando conoció a Jonghyun, gracias a un amigo que era cliente asiduo del chico de baja estatura, no dudó en involucrarse con él.
Jonghyun distribuía drogas en los colegios de niños ricos de la ciudad, incluyendo a los "amigos" del rubio quien pensó que, era muy conveniente tener a su disposición un coctel entero de estupefacientes a cambio de satisfacer los deseos sexuales de Jonghyun.
Pero aquello no duró mucho. Kibum tan caprichoso como era, no le bastaba con acostarse con Jonghyun, así que aún estando en una relación con él se involucraba con otros chicos más.
Eso no le gustaba para nada a Jonghyun y los reclamos hacia el rubio no se hicieron esperar. Kibum, consideraba que no había razón lo suficientemente importante para aguantar eso, así que terminó la relación.
Jonghyun, inconforme, comenzó a acosarlo. Pero los padres de Kibum contrararon un guardaespaldas, que en alguna ocasión le dio una palisa al castaño por tratar de acercarse al rubio. Después de eso, no volvió a insistir.
Ahora, todo aquello quedaba enterrado. Minho le había dicho a Kibum que nada eso afectaría su relación. Debían comenzar a formar lazos, adquirir compromisos para que su relación se fortaleciera.
Lo primero que hicieron juntos, fue comprar como bien mancomunado el auto que habían querido desde que comenzaron a viajar a visitar a la madre de Minho y que ahora también les serviría para visitar a los padres y abuelos del rubio.
Kibum comenzó esa nueva etapa de su relación, contándole todo lo que había pasado con Jonghyun. Incluyendo la forma en que lo conoció cuando tenía dieciseis años.
En esa época de su vida, Kibum había sido un adolescente demasiado rebelde, se rodeó de amistades poco recomendables y fue así que comenzó a consumir drogas.
Tan sumido en buscar evadirse y vivir otra realidad estaba, que cuando conoció a Jonghyun, gracias a un amigo que era cliente asiduo del chico de baja estatura, no dudó en involucrarse con él.
Jonghyun distribuía drogas en los colegios de niños ricos de la ciudad, incluyendo a los "amigos" del rubio quien pensó que, era muy conveniente tener a su disposición un coctel entero de estupefacientes a cambio de satisfacer los deseos sexuales de Jonghyun.
Pero aquello no duró mucho. Kibum tan caprichoso como era, no le bastaba con acostarse con Jonghyun, así que aún estando en una relación con él se involucraba con otros chicos más.
Eso no le gustaba para nada a Jonghyun y los reclamos hacia el rubio no se hicieron esperar. Kibum, consideraba que no había razón lo suficientemente importante para aguantar eso, así que terminó la relación.
Jonghyun, inconforme, comenzó a acosarlo. Pero los padres de Kibum contrararon un guardaespaldas, que en alguna ocasión le dio una palisa al castaño por tratar de acercarse al rubio. Después de eso, no volvió a insistir.
Ahora, todo aquello quedaba enterrado. Minho le había dicho a Kibum que nada eso afectaría su relación. Debían comenzar a formar lazos, adquirir compromisos para que su relación se fortaleciera.
Lo primero que hicieron juntos, fue comprar como bien mancomunado el auto que habían querido desde que comenzaron a viajar a visitar a la madre de Minho y que ahora también les serviría para visitar a los padres y abuelos del rubio.
La
madre de Minho al enterarse de lo ocurrido, había reprendido a su hijo por no
confiar y hablar a tiempo con su novio.
La
reunión con los padres del rubio y la madre de Minho, ya la habían realizado. Y
las cosas no pudieron salir mejor. Congeniaron tan bien, que hasta habían
decidido viajar juntos en las próximas vacaciones de verano.
Y por último, esperaban que Taemin y Jonghyun
no volvieran a molestarlos. Aunque les parecía extraño que los hubieran dejado
en paz tan fácilmente, pero preferían pensar que ya se habían olvidado de ellos
y ahora vivían sus vidas sin resentimientos.
~
*^. ^*~
Minho
llegaba al hogar que compartía con su gatito, como todas las noches. Hace poco
había terminado su carrera y afortunadamente él, ya contaba con un empleo fijo.
Pero en ocasiones, abusaban de su competencia y le asignaban trabajo que lo
ocupaba hasta el anochecer. Lo positivo de aquello, era que le recompensaban
muy bien aquellas horas extras. Lo negativo era que como aquel viernes, llegaba
muy tarde a su departamento y seguramente su amor ya estaría dormido.
-
Mi amor ¿Dónde estás? – llamaba el alto a su gatito, buscándolo en todo el
departamento.
-
Aquí – le contestaba el rubio, desde el baño.
Y
cuando Minho veía semejante espectáculo como el que se le mostraba en ese
momento, sentía que cada obstáculo por el que pasaron, había valido la pena.
Kibum,
yacía en la bañera, cubierto por la coqueta espuma. Bueno, no tan cubierto,
porque su lechoso pecho y una deliciosa pierna se mostraba insinuante a Minho.
-
¿Qué esperas para entrar?- le preguntó el rubio, llamando con una mano al alto.
Sin vacilar un segundo, se desvistió, sin quitar la vista de su hermoso novio. Se
sumergió en el agua, acercándose sensualmente hacia Kibum y atrapando con sus
labios los del rubio, que hasta ese momento permanecían pecaminosamente
entreabiertos.
Kibum,
sin separar su boca de la de Minho. Se sentó en las piernas del alto, rodeando
con las suyas la cadera contraria. Minho se separó del beso, al sentir como su
travieso gatito, se movía, rozando una y
otra vez el apretado trasero con su miembro.
-
No hagas eso, gatito. Me estás provocando… - le dijo el alto, mordiéndose el
labio.
-
Eso es lo que quiero – le respondía el rubio tomando nuevamente los labios del
alto como suyos.
De
pronto, Kibum se apoyó en los hombros del alto y de un momento a otro, se
levantó y bajó súbitamente, clavando el miembro de Minho en su ano.
-
Kibum, te harás daño- musitaba el alto, tratando de detener los movimientos de
Kibum.
-
No te preocupes, antes de que vinieras, me preparé. No quería perder tiempo –
decía el rubio, envuelto en placer.
Y
cuando oyó aquello, fue el alto el que tomó la iniciativa y tomando las caderas
de Kibum, comenzó a penetrarlo, subiendo y bajando sus caderas, encontrando
rápidamente el punto dulce de Kibum.
Kibum,
saltaba incesantemente en el miembro de Minho. Metiéndolo y sacándolo al ritmo
que le imponía el alto. Sintiendo que cada sensación era única, sintiendo que
el placer que le brindaba Minho nadie se lo daría.
-
Vamos a la cama – pidió en un susurro el rubio
Minho,
obedeciendo los deseos de su amor. Se levantó y de un solo movimiento y sin
salir de Kibum, lo llevó a la cama. Depositándolo suavemente, comenzó a
besarlo, bajó a su mandíbula y luego al cuello del rubio. Quien gemía incesantemente,
por el placer que le hacía sentir el alto.
Y
luego, reanudaron el vaivén.
Minho
acariciaba lascivamente las piernas de su gatito, mientras entraba y salía de
Kibum. Los movimientos se hicieron más rápidos y Kibum se sostenía de la
espalda del alto y para no salir disparado de la cama apresaba con sus piernas
la cintura de Minho. Y es que cuando Minho estaba cerca del orgasmo, aceleraba
sus movimientos. A Kibum le encantaba que fuera así de brusco y él mismo
aceleraba sus movimientos para el deleite de su novio.
Sintiendo
que el miembro de Minho, rozaba una y otra vez su próstata, Kibum llegó al
orgasmo. Rozando en el cielo. Sintiendo que podía alcanzar las estrellas. Minho
también llegó al orgasmo, al sentir como el ano de su rubio apresaba su miembro.
Cansado, se dejó caer encima del cuerpo del rubio, quien acariciaba perezosamente
sus oscuros cabellos.
Minho,
comenzó a besar el cuello del rubio. Oliendo el delicioso aroma que este
desprendía. Y sólo bastó aquello, para que nuevamente se excitara y su miembro
volviera a la vida. Kibum, sintiendo que el miembro de su amante volvía a hincharse
dentro de su ano, comenzó a contraerlo, sabiendo que eso volvía loco al alto. Minho
no desaprovechó la insinuación y comenzó de nueva cuenta a embestir con su
miembro la entrada del rubio.
Esa
noche, sería larga…
~
*^. ^*~
En
algún lugar de Asia Occidental, Taemin y Jonghyun se encontraban.
-
Así que sí viniste – decía Taemin con una sonrisa coqueta acercándose al
castaño.
-
Sí, yo sí sé apreciar las cosas… deliciosas – le contestaba insinuantemente
Jonghyun, comiéndose con la mirada al anteriormente rubio.
Y
luego, se fundieron en un beso lujurioso. Un beso que seguramente terminaría en
una desenfrenada noche de sexo.
FIN
1 comentarios:
Por que no lo cuelgas en Amor Yaoi? Estaria muy bien
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